Cuatro lecciones de las urnas alemanas

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

GONZALO FUENTES

28 sep 2021 . Actualizado a las 09:15 h.

Dijo ayer un tertuliano: «tranquilos, que cualquier coalición que se haga en Alemania será buena para el país». Las risas de sus compañeros resultaron ilustrativas: eran una crítica a las coaliciones que conocemos en España. Podemos recordar alguna. Hubo la de Galicia, que terminó, según la leyenda, como si fueran dos gobiernos. Hubo las de Cataluña que, según otras leyendas, fueron las incubadoras de las crisis que vinieron después. Y tenemos la actual en el Gobierno de la nación. Es pronto para hacer un balance, pero solo parece ser un modelo de coherencia en la posesión del poder, no en sus objetivos nacionales. Desde este pasado domingo ya tenemos el modelo de Pedro Sánchez y el que Yolanda Díaz anunció con esta ambición: «un proyecto de país».

De las elecciones alemanas se desprenden algunas lecciones que creo oportuno anotar. La primera es que ganó quien había formado la gran coalición con Merkel. Ya sé que España no es Alemania, pero aquí Pedro Sánchez le dijo «no es no» a Rajoy y después el mismo Sánchez prefirió entenderse con Pablo Iglesias antes que llamar a Pablo Casado y ahora Casado le niega todo apoyo a Sánchez porque se cree que apoyarle es perder las siguientes elecciones. Pues ya vemos que no necesariamente, pero a ver quién cambia esa convicción partidista, por mucho que la pactista Alemania demuestre lo contrario.

La segunda lección es que perdió el partido de Merkel, que había empezado siendo el favorito en las encuestas. Y además, sufrió la peor derrota de su historia. Sorprende que, habiendo dejado la canciller tan buena memoria (una aceptación del 70 %), su partido se haya dado un batacazo. Significado: hay veces que la fuerza del líder es más importante que el atractivo de la marca. Es algo que debe tener presente el Partido Popular, ahora que está metido en su convención nacional, que ayer comenzó en Santiago. De poco servirá que de esa convención salga un magnífico programa si al mismo tiempo no surge un Pablo Casado indiscutible.

La tercera lección la dan las alianzas. Cualquiera que forme gobierno en Alemania rechaza coaligarse con la extrema derecha. Aquí, si el Partido Popular gana las elecciones, solo podrá aspirar a gobernar con el apoyo de Vox, sea con préstamo externo de escaños o dándole entrada en el gabinete. Esa es, probablemente, la mayor dificultad que Casado tiene ante sí, porque no tendrá unos verdes ni unos liberales con los que compartir el poder. Los primeros, porque son de izquierdas, y los segundos, porque los ha destruido. Y hay una cuarta lección, pero que solo vale para la nostalgia: la imagen de Ángela Merkel. Abandona la cancillería sin una sola mancha en sus 16 años de gobernación. Se podrán discutir sus políticas, pero no su integridad ni su entrega a los intereses del país. Y ahí lo dejo, porque quizá no sea el día para hacer esa comparación…