Si Dante levantara la cabeza 700 años después y la asomase por España a lo mejor escribía La diabólica tragedia. A saber qué depara a este país el próximo capítulo, esa mesa de negociación sobre Cataluña que el hombre de la foto compara con las negociaciones de paz tras la guerra de Vietnam. Miquel Iceta perdió la cartera de Política Territorial y fue consolado con la de Cultura y Deportes porque para todo gobernante patrio Cultura y Deportes es una maría, y porque en teoría resulta menos dañino meter la pata viendo cómo Rafael Nadal gana Roland Garros o hablar del Museo del Prado que de Cataluña. Pero Iceta sigue no ya pisando charcos, se muere por bailar en ellos. Tras su símil a lo Apocalypse Now participó en la lectura continuada de la obra grande de Dante. Por su cara de espanto, diríase que está leyendo la parte Infierno, que sitúa al hombre, llámese Pedro o llámese Sánchez, ante el pecado y sus consecuencias. Quién sabe si nos espera otro Vietnam.