Hay una cosa clara, y es que los ovetenses van a estas fiestas. También es verdad que estas y todas, porque hay más ganas de mamandurria que nunca. Y eso que aquí siempre hay, y ya no les digo cuando se vuelve de veranear: que no ves tanto a los mismos y el moreno siempre mejora.
Lo peor de estas fiestas es que me gustan, y que no pueda ir al Rincón Cubano a tomar un mojito como era costumbre. Todos los San Mateo los inauguraba tomando ahí uno con mi señor padre, y lo que nos gustaba. ¡Viva Cuba libre!
Pasan cosas en Oviedo, pero la gente toma el vermú. Con este día de sol no hay que aspirar a la eternidad, pero sí a comer una gamba de La Paloma. Hay quien no conoce la felicidad porque no le da oportunidad. Lo bien hecho bien parece.
Ni son los mejores conciertos ni las mejores fiestas ni nada, pero todo el mundo está a tope. Porque nadie tiene que decir dónde beber y cómo, cada uno es dueño su hambre y de su borrachera.
Hay gente, mucha, que parece que ya no hay nada pero sí. Pero que siga esto y más. La segunda mejor cosa que ganar dinero es generarlo. Y tiene que haber perras en la alforja. El dinero está para eso, para gastarlo.
No va a ser el mejor sábado de San Mateo de vuestras vidas, pero es el primero en mucho tiempo. Así que espero que lo hayan exprimido al máximo. Como en las bodas, en estas fiestas, no emborracharse es una falta de educación.
Este San Mateo que lo íbamos a hacer a medio gas, parece que pisa más el acelerador que los de antaño. A ver si Canteli y Covi fueron a dar con la tecla precisa. Y no lo hizo Gabino, con los que sabe el de dipsomanía.
Segundo día y sumando. Qué guapo todo.
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