Estamos a punto de terminar agosto y por las sensaciones que han trasladado desde el sector turístico parece que las cosas se han acercado más a tiempos anteriores a la pandemia que al de hace doce meses. Buena noticia sin duda para reiniciar la economía y para que la gente se anime a disfrutar de su merecido descanso viajando y conociendo lugares diversos. Comunidades autónomas como la nuestra han superado ya el 70% de personas vacunadas con las dos dosis y al igual que en el anterior curso escolar vuelve a ser un reto que todo se pueda desarrollar desde la máxima normalidad posible. La apuesta principal pasa por lograr la presencialidad total. A este objetivo también se ha comprometido el Rector de la Universidad de Oviedo/Uviéu, por lo que podríamos tener, si nada se tuerce, todos los centros educativos de Asturias/Asturies pasando página y dejando atrás la imposibilidad de que todo el alumnado pudiera ir físicamente a clase.
Para la próxima apertura del año judicial, en la que vemos año tras año solamente a hombres en la foto de familia, se espera mucho debate con dos temas: la imposibilidad de renovación del Consejo General del Poder Judicial y la decisión del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas de darle la razón al exmagistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón (rechaza que prevaricase al ordenar las escuchas a abogados y defensas en el Caso Gürtel y, por tanto, tilda la decisión del Supremo de arbitraria e imprevisible). Es urgente y elemental para nuestra democracia que la justicia haga bien su trabajo para que estos sucesos no se repitan más, y por supuesto, es elemental que la responsabilidad de todos los partidos políticos se anteponga para desbloquear los nombramientos que tocan hacer desde hace mucho tiempo.
La amenaza de un atentado en Kabul era un secreto a voces y ayer por la tarde explotaron las primeras bombas tras la vuelta de los talibanes al poder. Que la información sobre heridos y muertos no sea la más precisa denota la imposibilidad de que los servicios sanitarios, las fuerzas del orden e incluso los periodistas puedan trabajar con cierta seguridad para trasladar esos datos y actuar sobre el terreno. Hay controversias con si el 31 de agosto se tienen que ir sí o sí las potencias que han estado en Afganistán estos últimos veinte años o si se necesita una moratoria para rescatar a todas las personas (que si permanecen en el país podrían ser torturadas y asesinadas). A España y a otros países continúan llegando aviones y solo espero que estas personas puedan reiniciar sus vidas de la manera más digna posible.
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