Tras varias semanas con discursos apelando a la concordia y a pasar página, el Consejo de Ministras y Ministros decidió el martes conceder los indultos a los condenados por el «procés» catalán. Estoy convencido que este tema marcará la agenda política de nuestro país de ahora en adelante, e imagino que el PP dejará de pedir más firmas viendo que no le ha salido nada rentable su campaña contra esta decisión. Desde el miércoles a mediodía los nueve dirigentes catalanes han vuelto a recobrar su libertad tras cuatro años en prisión. Llamó la atención lo cuidadosos que fueron en sus discursos ante sus seguidores, y no es para menos porque una de las condiciones que tendrán que cumplir es que no podrán reincidir en los delitos que cometieron.
Sin duda alguna, Pedro Sánchez asume en primera persona la responsabilidad, de manera valiente, de poner fin a un problema político, que siempre debió resolverse en esa esfera, no en la judicial. Ojalá ayude a mejorar la relación entre España y Cataluña, porque ambos nos necesitamos, pero para ello sería fundamental que la derecha española ayudase un poco porque cada vez que abren la boca fomentan que el nacionalismo catalán suba. Seguramente la amnistía y el referéndum pactado con el Estado sean lo que machaconamente se pida desde Junts, Esquerra y la CUP, pero confío en que esa mesa de diálogo acuerde una salida que satisfaga a todas las partes.
A partir de mañana, y si no hay ningún revés, habrá un antes y un después con todo un símbolo de esta pandemia. Las mascarillas ya no serán obligatorias en la calle, aunque debemos disponer de una a mano para ponérsnosla si la distancia de seguridad no se cumple o si vamos a estar en algún recinto cerrado. Preocupa y mucho los brotes entre quienes seguimos sin vacunarnos porque no nos ha tocado por cuestiones de edad, y ahí están casos como los más de 300 estudiantes que tras un viaje fin de curso a Mallorca han dado positivo. Pese a ello, yo creo que como país debemos celebrar que el curso 2021/21 se ha podido desarrollar de manera completa. Se empezó con mucha incertidumbre, con mucho miedo a que se tuviera que confinar como ocurrió en marzo de 2020, pero por suerte los casos se controlaron y seguramente también gracias a la vacunación ha sido posible su finalización. Comparto que a partir de septiembre el siguiente reto tiene que ir enfocado a garantizar la presencialidad de todo el alumnado, por lo que es imprescindible ser valientes y no ahorrar en recursos humanos (maestros y profesores) para que todo salga lo mejor posible.
El gol que se metió en propia puerta la UEFA por su negativa a la iluminación del estadio del Bayern de Munich con los colores de la bandera LGTBI (tras la aprobación en Hungría de una ley claramente homófoba) denota que quienes piensan que no es una lucha de todos y que hay que ser equidistante en asuntos políticos (así lo consideraron) se equivocan. Los derechos humanos no solamente son para pedir respeto con el que controlar el racismo en el deporte. Si acabar con la discriminación y el condenar que en tantos países del mundo no existe libertad para elegir la orientación sexual tenemos un problema en un ámbito tan masculinizado como es el fútbol. Mi aplauso a los equipos y a los jugadores que han sido valientes y han mostrado con orgullo brazaletes y camisetas con el arcoíris.
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