Dos años y medio lleva Iñaki Urdangarin privado de libertad —ahora en tercer grado— por malversación, fraude y un largo etcétera, lo cual debería querer decir que todos los españoles son iguales ante la ley. Esta foto del excampeón de balonmano, emparentado con la Casa Real por su matrimonio con la menor de las hermanas de Felipe VI, fue tomada ante el Hogar Don Orione, en Pozuelo de Alarcón, donde el hombre hace voluntariado, tremendo eufemismo. Por su aspecto, esa viva imagen de quien nunca rompió un plato, y ya ven, podría pensarse que Urdangarin empieza a salir del pozuelo en el que él solo se metió y, de paso, metió a la institución monárquica. A saber si la mujer con la que posa colecciona fotos con exdeportistas famosos, con consortes famosos o con famosos que acabaron entre rejas por tener unas manos demasiado largas. Si se trata de lo último, está de suerte: viviendo en este país, a poco que se tome su afición en serio, le va a salir un pedazo de álbum.