Hassan nació en Barcelona hace tres semanas pero hasta este martes no conoció a su madre. Shamaila, de 30 años, es de Bangladesh, pero lleva nueve años en España. Anvill, el padre, lleva 20. Regentan un bazar y hasta ahora vivían ambos con las hermanas pequeñas de Hassan. Los dos mayores ya han volado del nido, al Reino Unido de Boris.
El pasado 4 de enero, embarazada de nueve meses, Shamaila acudió a urgencias, de donde la derivaron al Hospital del Mar de Barcelona. Allí, los médicos comprobaron que había enfermado del covid y que tenía los pulmones encharcados. Le hicieron una cesárea de urgencia y como empeoraba la ingresaron en la uci, donde estuvo sedada hasta el pasado domingo. No hay otro hospital en el mundo como el Hospital del Mar de Barcelona. A lo mejor de los grandes centros de referencia públicos españoles, que es como decir del mundo, en este caso hay que sumar que está al borde del mar, en primera línea, solo separado de la playa de La Barceloneta por un paseo marítimo peatonal. Es un hospital pequeño, de apenas cuatrocientas camas, pero tiene una de las producciones científicas más relevantes del mundo. Con Bellvitge, el Vall de Hebrón y el Clínico, son la joya de la corona de la sanidad catalana.
Marta Ferrusola i Lladós es una empresaria de 85 años. En 1990 fundó Hidroplant, una firma de jardinería que prosperó rápidamente, gracias al mantenimiento de organismos de la Generalitat y empresas afines. La sociedad llegó a encargarse hasta del césped del Nou Camp. Eran los años del dream-team de Cruyff. Cuando nueve socios del Barça denunciaron a la empresa por el mal estado del césped, Ferrusola declaró ante el juez que la culpa era del mal tiempo. Desde el 2016 está imputada en el caso Pujol, para dar cuenta del latrocinio organizado por la familia durante los 23 años de pujolato. Además de próspera empresaria y madre ejemplar, doña Marta, casada con Pujol desde 1956, ha sido bautizada por los investigadores como la Madre Superiora. Hace algunos años se viralizaron unas declaraciones suyas en las que alertaba de la amenaza de inmigrantes castellanoparlantes y de origen musulmán para la construcción catalana: «La inmigración puede provocar que no sirvan las iglesias, pero que sirvan las mezquitas».
Hassan y Marta, dos Cataluñas. La que viene y la que pronto olvidaremos.
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