Portugal, Países Bajos y covid

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

20 dic 2020 . Actualizado a las 09:44 h.

Pretender resolver la pandemia en los Países Bajos sin hacer nada en España o Italia es no entender nada. La frase la lanzó António Costa, primer ministro de Portugal, el pasado marzo, cuando su país era un ejemplo para Europa en la contención del virus. Wopke Hoekstra, ministro holandés que también presumía entonces de buenos datos y de confinamiento inteligente (no como el de otros), había pedido que se investigara a españoles e italianos por su crisis sanitaria. Costa tachó aquel episodio de «repugnante», usando un adjetivo que para los gallegos tiene un componente extra: ya están los de siempre. El Gobierno de los Países Bajos ha impuesto el cerrojazo total hasta el 19 de enero. Hoekstra no ha pedido someter a los suyos a escrutinio para determinar cómo han llegado a este punto. Que se sepa, tampoco se lo ha exigido ningún colega de la UE. El halcón de las Finanzas está ocupado en tomar las riendas de su partido, el CDA. Porque al final, gran parte de este juego se reduce a eso. Darse golpes en el pecho en el escaparate europeo para ganar batallas en casa. Entregarle a la grada lo que quiere. Escorarse un poco más para que no les adelanten por la ultraderecha. Tanto los Países Bajos como Suecia dejan una lección: es un gran error creerse inmune por una supuesta superioridad moral de un individuo o de un país y considerar que solo se contagian y sufren las consecuencias del virus aquellos inútiles que no saben comportarse. El covid ha ido derribando una a una todas las murallas de arrogancia con las que se ha encontrado durante estos meses. Escupir hacia arriba cuesta vidas. Que nadie se olvide esta Navidad.