Si todavía alguien pensaba que íbamos a salir mejores, he aquí el foto-desmentido. La vieja anormalidad se abre paso guardando entre sí la preceptiva distancia de seguridad, por favor, apoyando sus antebrazos en mesas con ruedines, por si el próximo sondeo electoral aconseja más separación. A la izquierda, el errecé y vice Pere Aragonès, que ya es tener mala pata con el apellido si uno se hace secesionista. A la derecha, el juntspercat Quim Torra, monsieur president de la Generalitat. El uno se protege con un pie el talón de Aquiles por si cae alguna flecha amiga. El otro mezcla los dedos de las manos como esperando el turno de la guillotina, quién sabe si para probarla en cuello propio, gentileza del futuro Govern. He aquí a dos servidores públicos bien pagados compitiendo por ver quién lidera el próximo plan para destruir España y, de paso, Cataluña. La nueva normalidad será lo de siempre, pero con mascarilla.
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