¿Debió celebrarse el 8M?

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo EL DERBI

OPINIÓN

Juan Carlos Hidalgo | Efe

12 mar 2020 . Actualizado a las 09:03 h.

El pasado domingo alrededor de 120.000 personas participaron en la manifestación reivindicativa del 8M en la capital del Estado. Un día después, la situación de la crisis del coronavirus era de tal gravedad que se ordenó el cierre de 3.300 centros educativos en Madrid, es decir, un millón y medio de alumnos dejaron de ir a clase y de asistir también a las actividades extraescolares y universitarias.

Pero el cierre de centros no fue la única medida excepcional adoptada por el Ministerio de Sanidad en coordinación con las comunidades autónomas. Se decidió que la situación requería una respuesta de mayor nivel, por lo que se pasó a un escenario denominado de «contención reforzada». Las autoridades sanitarias recomendaron que se adoptaran medidas de teletrabajo siempre que fuera posible. Igualmente, se propuso la flexibilización de horarios y el planteamiento de turnos escalonados en el trabajo para reducir las concentraciones de los empleados.

También se recomendó que las personas mayores o con patologías limitaran sus salidas de casa y su actividad social. El ministro de Sanidad apeló a la responsabilidad de los ciudadanos: «En todo caso se recomienda evitar lugares concurridos en los que no es posible mantener la distancia de seguridad interpersonal de menos de un metro». ¿Cuál era la distancia que separaba a las 120.000 personas que disfrutaban del 8M?

No hay que olvidar que la jornada reivindicativa de la igualdad de la mujer fue impulsada y apoyada por casi todos los partidos políticos españoles, pero especialmente por las dos formaciones que configuran el actual Gobierno de España.

Sin duda, las medidas adoptadas el 9 de marzo vienen a demostrar que la manifestación del día 8 nunca se debió celebrar en un escenario de crisis sanitaria de gravedad como es el que vivimos con el coronavirus. Y sin embargo se celebró y fue masiva.

¿Quién fue el responsable? Da miedo pensar que haya políticos capaces de anteponer sus intereses a la salud de la ciudadanía. Y resulta increíble el poco escándalo que se ha formado con esta historia, porque quien haya sido el responsable, si somos bien pensantes, ha sido un negligente; y si no...