Cada vez que se activa una alerta sanitaria se inician una serie de protocolos que llevan consigo una serie de medidas de obligado cumplimiento. Se entiende que esas directrices están hechas por expertos y que, fruto de la experiencia de otros casos ocurridos, se van limando errores y mejorando las decisiones a tomar en el futuro. Sin embargo, y sin que quiera decir que no hay que informar a la población, pienso que el papel que juegan los medios de comunicación en casos como el coronavirus es importantísimo a la hora de no generar ni miedo ni alarmismo, sino información y prevención.
A veces da la sensación, echando la vista atrás a otras alertas sanitarias activadas (gripe A, vacas locas, listerosis, ébola…) que el impacto sobre la población no ha sido tan grande como el que se hace constar en la prensa. Reitero que no estoy hablando de no contar nada, porque la base de una democracia es ser transparente y no ocultar, pero ante casos como el actual con el coronavirus, ¿estamos generando en España información o un alarmismo innecesario?
Pondré el ejemplo de Fukushima. En aquel entonces tenía contacto con una japonesa que vivía en Osaka y le mandé un correo electrónico para saber de ella. Su respuesta fue que se encontraba perfectamente y que Japón tenía controlado el accidente nuclear. En España y en el resto del mundo, paradójicamente, estábamos más preocupados (por no decir alarmados) por aquello que los propios japoneses. ¿Tenía sentido? Pues la verdad es que el tiempo pone las cosas en su lugar. Seguramente se aplicaron los protocolos necesarios, como evacuar a quienes vivían en un radio de 20 kilómetros de la zona, y por ello no hubo ni una sola muerte por radiación, aunque hay cálculos que dicen que sí causó más de mil muertes prematuras. Basta con leer hemerotecas y ver que en aquel momento el Gobierno español fletó un avión en el que viajaron 154 personas. A su llegada a Madrid, algunas de esas personas confesaron que en Japón no había ningún tipo de alarma y que el motivo de su viaje a España correspondía más en tranquilizar a sus familiares, seguramente nerviosos por lo que se transmitía aquí de la situación del país nipón.
Hay que ser muy cautos y responsables con cualquier tipo de información, pero considero que con las alertas (sanitarias y de otro tipo) mucho más. Prevenir es vivir e informar es primordial, pero algunos casos parecen que se producen solo en un margen de tiempo determinado y de la noche a la mañana desaparecen. Se hace muy necesario ser responsable con estas cosas.
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