De la investidura, me quedaría con una imagen: la de todos los diputados ? menos la extrema derecha, que son inhumanos ? aplaudiendo a la diputada de En Comú Podem aquejada de cáncer. El gesto es bonito y los gestos bonitos en política son muy importantes. Pero más importante es aún que los gestos se traduzcan en acciones concretas y éste, por desgracia, no lo ha hecho.
Hoy, con el gobierno completo, hemos visto cómo hay cantidad de ministerios nuevos: Unos que se desdoblan, otros que se fusionan, direcciones generales y secretarías de estado que se crean ad hoc… Un gobierno responde a una realidad determinada. Por eso, en épocas pasadas los ministerios de defensa se llamaban de «Guerra» y por eso carteras como educación (instrucción pública), sanidad o trabajo eran secundarias. Creció el estado del bienestar y con él el número de carteras y la importancia de otras que antaño ni existían.
Por eso, de todos los ministerios y departamentos de gobierno del nuevo gobierno Sánchez-Iglesias, llama la atención la ausencia del más importante de todos: El ministerio de lucha contra el cáncer. ¿Por qué no existe? Por lo general, los ministerios tienen denominaciones de programas o retos que se quieren poner de relieve y a los que se les quiere dar una atención especial. Es así como surgió un ministerio de Igualdad, que antes no había (pero sí sus competencias). O cómo existe un ministerio de universidades hoy en día (que hasta hace unas pocas semanas eran una competencia más del Ministerio de Ciencia).
El cáncer es una enfermedad muy extendida, que afecta, afectará o afectó a casi todas las familias de este país. La OMS asegura que los casos van a seguir en aumento, incrementándose en un 70% en los próximos 20 años… y esta predicción es de 2016. Más de 252 casos por cada 100.000 habitantes. Estamos hablando que, en el caso de España, la cifra de casos nuevos de cáncer es de más de 300.000 casos diagnosticados ¡Al año!
Parece que es algo lo bastante importante y que nos afecta a todos (ricos y pobres, hombres y mujeres, guapos y feos…) por igual, al punto de merecer programas de desarrollo científico, investigación, diagnóstico y, en general, coordinar todos los esfuerzos en una lucha que es importante para todos. De ahí que me sorprenda cómo puede ser que existan direcciones generales, secretarías de estado y ministerios para cosas tan super-concretas como la «memoria democrática», las «migraciones» o la «pesca» que afectan a una pequeñísima parte de la sociedad (y, ojo, no se me entienda mal, me parece estupendo y necesario que existan)… pero, en cambio, no haya una vicepresidencia, un ministerio o, siquiera, una secretaría de estado que tenga competencias para la lucha contra el cáncer, una enfermedad tan extendida que prácticamente todos conocemos a alguien que lo haya tenido. ¿A qué estamos esperando?
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