El viento y el olvido deberían llevarse muchas de las cosas que se dijeron en la investidura. Por desgracia, los insultos, las burlas, los abucheos y el hooliganismo han venido para quedarse y enrarecer un clima político más contaminado que el aire de ciertas capitales en días señalados. Pero son más graves intentos de manipulación como el vídeo que difundió Vox.
En él se mostraba a los diputados socialistas supuestamente aplaudiendo una intervención de Bildu. Pero no era verdad. La ovación existió, pero su destinataria era la presidenta del Congreso. Desde el primer momento, hubo usuarios en Twitter que alertaron de la escandalosa falsedad de la pieza, pero esta circuló y circuló. Y ahí sigue, en la cuenta del propio Abascal.
No ocurrió lo mismo en Facebook. El líder de Vox repitió jugada y compartió el vídeo para su fanática legión de seguidores. Pero -por fin- algo ha cambiado en la red social de Zuckerberg. El contenido aparece semioculto tras un rótulo que indica que es «información falsa». Bum. Trola cazada tras ser verificada de forma independiente.
¿Tarjeta roja para el político vasco tras intervención del VAR? Pues no. Pese al ridículo y el baldón, no ha retirado la publicación, que puede verse si se ignora el mensaje. Y, lo que es más grave, en los comentarios se aprecia claramente que a muchos de los suyos no les importa la verdad, solo la trinchera.
Comentarios