Un vaso es un vaso y un ministro es un ministro. Un vicepresidente es un ministro guay. Pablo Iglesias, que vuelve a rozar su cielo —el del resto, bah— parece aquí el jefe de todo esto. Seguro que está bromeando con el ujier de turno del Congreso, pero, ¿y si ese índice vicepresidencial estuviera indicando que aquí mando yo y esto se hace así porque yo-yo-yo lo digo, y tráigame un vichy catalán o lo empapelo? La escena del dedo índice, sea distendido o extendido, coincidió con un esguince en las filas del PSOE. Todo muy carnal. Quién sabe si el detalle colateral del fondo es un indicio de lo que viene: entre ujieres emerge un borroso ministro en funciones y astronauta Pedro Duque. Duque mira el móvil como un présbita, o sea, a distancia generosa de los ojos, quizá consultando si aún quedan plazas para el próximo viaje a Marte, no vaya a ser que la atmósfera de aquí se torne aún más irrespirable.
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