La ciudadanía piensa que un político tiene mucho poder, tanto como para saltarse la ley cuando le dé la gana. Y no es verdad, o al menos no puede actuar según le parezca siempre (y sin la complicidad de otras personas).
Manuel Chaves y José Antonio Griñán, expresidentes de la Junta de Andalucía, han sido condenados esta semana por el caso de los ERE. El juicio ha sentado en el banquillo a un total de 21 ex altos cargos de los últimos años bajo mandato socialista. Chaves ha sido condenado por prevaricación y asumirá una pena de nueve años de inhabilitación. Griñán tiene pena de seis años y dos días de cárcel y suma al delito de prevaricación el de malversación de fondos públicos (su responsabilidad se centra en la etapa en la que fue consejero de Hacienda, entre 2004 y 2009, cuando se emitieron varios informes de la Intervención que alertaban de irregularidades). La sentencia, de 1.700 folios, pone punto y seguido (me imagino que habrá recursos) a años de instrucción y de juicio, concluyendo que se malversaron 680 millones de euros entre los años 2000 y 2009 (y de los que seguramente sea imposible recuperar todo el dinero).
No me cansaré de repetir, porque creo que es necesario hacerlo viendo el interés de algunos en mezclar casos diferentes, que el PSOE no está involucrado en este asunto. Es una diferencia notable con la Gurtel, donde la justicia sí condenó al PP por financiación ilegal y produjo que todas las fuerzas políticas (quitando a Ciudadanos) decidieran echar a Rajoy de La Moncloa mediante una moción de censura. Los ERE eran un sistema de ayudas públicas a empresas en crisis fuera del control previo de la Intervención General de la Junta de Andalucía, lo que permitió el desvío irregular de fondos públicos a decenas de trabajadores y empresas. En la causa no consta que los delitos cometidos produjeran la financiación ilegal del PSOE, a pesar de que la primera instructora, Mercedes Alaya, lo plasmó sin pruebas en sus autos. Por tanto, los esfuerzos del señor Casado de exigir la dimisión de Pedro Sánchez (cuando en aquel entonces era concejal del Ayuntamiento de Madrid) y de querer igualar este caso con el que llevó a la salida de Rajoy es jugar sucio.
Sería importante separar las responsabilidades penales de las políticas. En el primero tenemos que respetar la decisión de los jueces. En el segundo, para mí tanto Chaves como Griñán, al haber sido los presidentes de la Junta de Andalucía y los máximos dirigentes del partido en esa comunidad, tienen una clarísima responsabilidad política en esta golfería, porque entre otras cosas los nombramientos en las estructuras de la administración dependían de su aprobación. He leído artículos de gente que los conoce bien, que hablan de su cansancio, de toda la tensión que han tenido que pasar estos años y de las pocas personas que de verdad les han acompañado, pero me gustaría que este caso sirviera no solamente para frenar la corrupción, sino también para animar a los dirigentes políticos a ser valientes y a cortar y a denunciar corruptelas en cuanto se tenga noticia. Si no, lo que terminan haciendo es ser cómplice de un choriceo y para eso no les han votado los ciudadanos. De lo que no me cabe la menor duda es que cualquier decisión conlleva riesgos, y más cuando no hay un claro respaldo técnico que te ayude a demostrar trampas, pero lo peor será siempre mirar para otro lado.
Chaves y Griñán ya pagaron sus responsabilidades políticas. La pregunta está en si el PSOE andaluz debe renovarse al completo, empezando por Susana Díaz, porque en esta época de la postverdad a veces hay que dar un paso atrás para no perjudicar lo que quieres, y a un partido como el PSOE casos como los ERE le hacen mucho más daño que al PP con la Gurtel. Hay que ser responsable en todo momento pero ante la opinión pública no hay «peros» que valgan, y el legado no es coger lo que te conviene, sino todo lo que has hecho. Por tanto, cabe preguntarse si la cúpula del PSOE andaluz debe asumir las responsabilidades políticas de la sentencia renovándose al completo para volver a las urnas autonómicas en 2022 con todas las fuerzas para ganar a Moreno Bonilla.