El brexit lleva más de tres años afectando a la vida de más de 140.000 españoles que viven en el Reino Unido y a cerca de 242.000 británicos en España (datos del INE 2018). Una cifra que no es real: todos los emigrantes conocemos a más gente que no está registrada como residente en el consulado que la que sí lo está. Y en el Reino Unido del brexit -el país con mayor incremento de españoles en el mundo en el 2018-, la asistencia consular necesita ser incrementada.
En el 2016, tras el referendo, la embajada española mostró gran proactividad creando la primera oficina de asistencia para informar, llamada Ventanilla Única Brexit. Fue pionera y no hay muchas más embajadas europeas con un servicio similar.
Este año nos sorprendió gratamente la reapertura de un consulado de Manchester que nunca debió cerrar, tras las peticiones que hicimos el Consejo de Residentes de Edimburgo junto a Marea Granate Manchester, y las propuestas que llevamos al Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social a través del Consejo General de la Ciudadanía en el Exterior.
Todos estos movimientos reflejan que las instituciones prevén la problemática que se nos viene encima a los españoles en el Reino Unido, con pérdida de derechos, trabas e imposiciones, y una crisis económica que va a afectar a las condiciones de vida y laborales de los que estamos aquí.
Como ejemplo, el tipo de cambio en el 2002 era de 1,74 euros por cada libra esterlina. Un salario a finales de ese año nos ofrecía una diferencia abismal respecto a España. Ese tipo de cambio nos aseguraba un mejor retorno en la casa comprada o inversiones, frente al pírrico 1,08 actual… Pero, para no ser ventajista, podría usar los datos de finales del 2015, cuando era de 1,42 euros por libra.
Un 30 % es la bajada del valor de nuestras casas o inversiones en el Reino Unido tras la decisión de salir de la Unión Europea, y esas viviendas podrían ser parte de la pensión, si decidiéramos venderlas y volver a España cuando nos jubilemos.
Pero quizá no solo el valor de la libra sea el impedimento para volver a casa tras la jubilación, sino el recorte de la libertad de movimiento al no pertenecer a la UE, y el que los europeos en el Reino Unido no podamos cobrar fuera del país nuestra jubilación con la facilidad que el marco europeo nos permite ahora mismo. Hay que recordar que el sistema de pensiones británico no tiene nada que ver con el español, donde es más normal una pensión cercana al salario final de los jubilados. La pensión máxima estatal en el Reino Unido actualmente es de 129 libras esterlinas a la semana (unos 600 euros mensuales), si has cotizado 44 años. Si no es complementada con una pensión privada, te asegura una bajada drástica del nivel de vida, lo que hace que muchos septuagenarios sigan trabajando lustros tras retirarse, en cajeros de supermercados, limpiando o en su propia empresa.
En España, la pensión mínima equivale a 155 libras y la máxima a 535 libras: cuatro veces más que en el Reino Unido. Y esta es la razón por la que es más fácil jubilarte y vivir en la más barata España que seguir pagando calefacción en Inverness. En los últimos años, esta mudanza se empieza a hacer hacia países con el coste de la vida más bajo que España, como Bulgaria o Rumanía.
Pero el brexit trastoca también los planes de los expatriados británicos. A su edad, la Unión Europea, con la libre movilidad, les permite acceder a sistemas sanitarios de países miembros con la EHIC (tarjeta sanitaria europea). Si no hay acuerdo, dependerán de seguros privados de sanidad, lo que en muchos casos implicaría una cantidad superior mensual a sus escasas pensiones, imposibilitando que sigan residiendo fuera del Reino Unido.
El coste sanitario de sus mayores en Europa, que volverían, repercutiría directamente en un sistema sanitario como el NHS, que lleva más de una década perdiendo no solo enfermeras y médicos, sino presupuesto en términos reales, y que exige más eficiencia y mayor productividad, acercándolo al colapso técnico.
Ante un brexit sin acuerdo, a los españoles en Reino Unido nos quedará la esperanza de que en un futuro haya acuerdos bilaterales entre los dos países. En ese caso, el Reino Unido estará más interesado en negociar con España, ya que es el primer destino en Europa de sus jubilados. ¿Por qué no se ha cerrado aún el acuerdo recíproco sobre los derechos de los ciudadanos?
Los europeos han creado organizaciones como the3million, y los británicos han creado Bremain in Spain, para solicitar que nuestros derechos no cambien (o al menos no drásticamente). Pero para los políticos los derechos civiles y laborales no son prioridad, bastante tienen ellos con intentar formar gobiernos o soltar eslóganes electorales que no vienen a cuento, o incluso estar de vacaciones sin haber formado gobierno o sin haber resuelto el brexit.
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