Pocas fiestas en el mundo nacen en torno a una gran prueba deportiva y viceversa. Y pocas pruebas en el mundo, por no decir ninguna, tienen un comienzo tan artístico como una salida en verso.
Evidentemente, a la altura de esta línea habréis adivinado que me estoy refiriendo a la Fiesta de Les piragües o Descenso Internacional del Sella. Y es que el río Sella es un caudal inspirador donde los haya.
Les piragües concitan ingenio artístico y deportivo en cada centímetro de su historia. No solo en el poema de salida, que ya forma parte del romancero popular asturiano y universal. Todo en piraguas está imbuido de arte: la cartelería, la fotografía, la filatelia, los billetes de lotería, el cañón, el desfile previo a la carrera, o L’Allume de les piragües, el más joven de los rituales incorporado a la fiesta (creado por el colectivo Selleros), justo la víspera de la carrera y que pone la piel de gallina a quienquiera que se asome al río Sella en Arriondas esa noche… Así que Las Piraguas son una cascada de emociones que jamás se agota…
Muchos artistas -pintores, dibujantes, escultores, escritores, etc.- suman su genio creativo a la historia de Las Piraguas. Un simple vistazo a la bibliografía sobre la fiesta, o a la cartelería, o al entorno del puente de Arriondas o del puente de Ribadesella, o a la flamante y recién inaugurada sede del CODIS (Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella), da una idea de la calidad y cantidad de artistas que se han inspirado en la magia de este afable y emblemático río.
Alfonso, Javier Mariscal, Agustín Aramburu, Valentín del Fresno, Alberto Estrada, César Frey y tantos otros… Unos de fuera y otros de dentro, pero todos, todos, todos, tocados por el providencial Sella.
Este año la visión artística del Sella en el cartel de esta 83 edición, la pone otro afamado artista, el pintor Juan Gomila, un cosmopolita empedernido, muy vinculado a Asturias desde su infancia, y cuya personalísima y amable paleta queda ya para siempre unida a la gloriosa y vasta singladura artística del Sella.
Así que el Sella continúa inspirando miles y miles de sentimientos, que se plasman de muchas maneras: en récords, en obras de arte, en amistades eternas, o en pasiones confesables e inconfesables.
Por eso, no es casualidad que el Sella sea el escenario de este acontecimiento excepcional que ha puesto a Asturias desde hace muchas décadas en el mapa del mundo.
El olímpico 2020 será un gran año para el Descenso del Sella, que celebrará dos aniversarios excepcionales: los 75 años del tren fluvial y los 40 años de la declaración como Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Y por supuesto ¡Todos, todos, todos nosotros que lo veamos!
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