Las elecciones generales del 28-A pasarán a la historia por unos resultados que han dejado el resurgir del PSOE y la derrota del bloque de la derecha. Esta última protagonizada de forma especial por el declive del Partido Popular, y la irrupción, menor de lo esperado, de la ultraderecha en el Congreso de los Diputados. Convocadas diez meses después de la primera moción de censura exitosa de la democracia y tras la imposibilidad de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado por parte del Gobierno de Pedro Sánchez, la cita electoral le ha otorgado a este un amplio triunfo electoral.
El Partido Socialista logra 122 diputados (37 más que en 2016) y el 28,7% de los votos, y lo más importante, ha logrado el triunfo electoral en unas generales once años después. Ahora el PSOE deberá buscar los acuerdos necesarios para lograr la investidura y revalidar el Gobierno. El resultado electoral es un éxito estratégico de Moncloa. Hay que añadir que el PSOE contará con mayoría absoluta en el Senado.
El Partido Popular cosecha su peor resultado y confirma así los peores augurios. Pierde más de la mitad de su representación y se queda con 66 escaños (71 menos que hace tres años) y un 16,7% de los votos. El resultado es un fracaso del giro ideológico llevado a cabo por la dirección del PP encabezada por Pablo Casado. Una campaña en la que han manejado unos marcos discursivos que favorecían a Vox en un intento de frenar la sangría de votantes por su flanco derecho, mientras tenía que competir también con Ciudadanos por el centro-derecha. A partir de ahora, la situación para el PP es complicada: una amenaza para la propia supervivencia de los populares, que ven reducida su representación y, por lo tanto, verán reducidos de forma drástica sus recursos económicos. La derecha española camina hacia una profunda reconfiguración donde todo está por escribir. El PP puede perder parte de su poder territorial dentro de un mes en las elecciones municipales y autonómicas, lo que en ellas ocurra será clave en este sentido.
Ciudadanos protagoniza un ascenso significativo al lograr 58 diputados (26 más que en 2016) y un 15,7% de los sufragios. Ahora bien, el resultado de los de Albert Rivera supone un nuevo baño de realidad, al dejarles lejos del triunfo electoral y por detrás del PP, tras un giro a la derecha que le ha llevado a descuidar el centro político y el relato moderado, con cordón sanitario al PSOE incluido. Hace un año Ciudadanos aspiraba a gobernar España cuando aparecía como primera fuerza política en las encuestas. Lejos de esas expectativas, y sin haber conseguido superar al PP pese a intentar construir una campaña electoral alrededor de la idea de España y cómo hacer frente al independentismo catalán, ha visto también con sorpresa la irrupción de la ultraderecha desde las elecciones andaluzas, lo que le acabó por descolocar en el tablero político.
El resultado de Unidas Podemos supone un retroceso en representación, pasando de 67 a 42 escaños y un 14,2%. Sin embargo, la campaña electoral ejecutada con brillantez por Pablo Iglesias le ha permitido amortiguar la caída al mejorar claramente los resultados que le otorgaban las encuestas en las semanas previas a los debates pre-electorales. Conviene no olvidar también todas las fracturas internas que ha sufrido la formación morada en este tiempo. Precisamente, respecto a En Marea y Compromís concurriendo por separado, su resultado ha sido un fracaso electoral. Pese al descenso de Podemos, los de Iglesias aspiran a entrar en el primer Gobierno de coalición de la historia reciente de España y ser así determinantes en la política de nuestro país.
Completan el arco parlamentario ERC con 15 diputados (2,6%) en un éxito sin precedentes al ganar por primera vez en Cataluña en unas elecciones generales, lo cual permite a Oriol Junqueras imponerse a Carles Puigdemont en la pugna entre ambos por liderar al independentismo catalán. JxCat se queda en 7 escaños (2%). El PNV mejora su resultado a lograr 6 diputados (1,2%). Completan el Congreso EH Bildu con 2 escaños; Navarra Suma con 2 diputados; Coalición Canaria con un asiento, al igual que Compromís, Partido Regionalista Cántabro y Coalición por Melilla. Estos dos últimos se estrenan en el Congreso.
Sánchez tendrá fácil la investidura
Con estos resultados, la derecha se queda muy lejos de poder sumar y repetir así el pacto de Andalucía. PP, Ciudadanos y Vox se quedan con 148 diputados, muy lejos de los 176 que marcan la frontera de la mayoría absoluta en el Congreso.
El PSOE tendrá muy difícil lograr que Sánchez sea investido en primera vuelta, pero no tendrá dificultades de lograrlo en segunda. Los socialistas con 123 diputados, que pueden sumar a los apoyos de Unidas Podemos, Compromís y PNV, lo que sumaría 175 escaños, a los que tendrían que añadir a Coalición Canaria, al Partido Regionalista Cántabro o a Coalición por Melilla, un grupo de izquierdas, escisión en su día del propio PSOE para superar la barrera de la mayoría absoluta. Si el PSOE no logra sumar ese gran bloque en primera vuelta de la sesión de investidura, le valdría con que ERC se abstuviera en una segunda votación, sino facilita la investidura en la primera.
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