Cuando por fin había llegado la esperada y redentora nieve, que permitía a San Isidro y Fuentes de Invierno abrir y tratar de salvar la temporada, vuelve a pasar lo de siempre: la carretera del Puerto por Asturias cerrada debido a un alud. La falta de atención, conservación y reparación de los desperfectos de la AS-253 ha sido -y sigue siendo- notorio por parte de las autoridades. Entre unos políticos y otros se pasan la pelota, nadie quiere realizar la inversión necesaria, y el problema cada vez va a peor. Y todo ocurre siempre en el mismo lugar: Riofrío.
Ya no solo es que los medios y las infraestructuras, antiguos y escasos, de los que se disponen sean insuficientes: puede verse cada año con la cantidad de precipitaciones de nieve que devienen en cortar la carretera. Sino que durante este verano, y terminada la temporada de invierno, no se empleó ningún recurso ni esfuerzo en paliar las deficiencias y desperfectos de la carretera. Las viseras colocadas hace años, fueron una actuación irrisoria frente a la que allí se necesitaba. Pero, tras el temporal del invierno pasado, donde las mayas metálicas encargadas de retener la nieve y los argayos se vieron reventadas, y, así también, los guardarraíles, trozos de la calzada y parte del mirador. Todo se camufló y maquilló con conos y cintas de protección, algo que en nada mejoró la coyuntura. Por si la situación no fuese comprometida y bochornosa de por sí, la Vuelta Ciclista atravesó esta vía: dando una imagen depauperada de la zona; y donde numerosos corredores se jugaron el tipo quejándose del firme de la carretera, que más bien parece pavés.
Es cierto, que cercano el inicio de la temporada invernal, cuando la carretera es más frecuentada y sufre más volumen de tráfico, se acometió la colocación de los quitamiedos, pero ahí quedó toda la actuación.
Por desgracia, año tras año, este tramo se cobra algún accidente, y, en ocasiones, con trágico resultado. ¿A qué están esperando para la renovación y adecuación de esta vía? ¿A que ocurra una gran desgracia? A Fuentes y a San Isidro acuden colegios procedentes de la vertiente asturiana a celebrar la Semana Blanca y cientos de ciudadanos a disfrutar de la nieve; no esperen a que una lengua de nieve acabe con unas cuantas vidas para actuar, luego todo llegará tarde. De no actuar, habrá una tragedia
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