Definitivamente, no nos merecemos estos gobernantes. Ayer, el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, se manifestó respecto al último escándalo del fútbol español, la detención del vicepresidente de la Federación Española de Fútbol, Andreu Subies. Según el ministro, «Rubiales tendrá que actuar si puso la confianza en alguien que no la merecía. Debería ser el primer interesado, y por lo que ha declarado parece que sí, y si puso la confianza en alguien que no la merecía tendrá que actuar. Su primera reacción, por lo que he visto en medios, ha sido positiva, al decir que la Federación se pone a disposición de la justicia que es su obligación y colaborar y ayudar para que esto se acabe», afirmó. Hasta ahí una intervención dentro de la normalidad. Pero Guirao fue más allá y se puso en evidencia. Según dijo: «Es preocupante que aparezcan cuestiones que tienen que ver con el pasado, con la época Villar», cuando «daba la impresión de que estábamos con cambio de presidencia en una época más tranquila». Estas palabras viniendo de la máxima autoridad española en materia deportiva son tan tristes como vergonzosas. Porque, o bien el ministro no se entera de nada, o bien quiere lavarle la cara a quien no debe.
Hablar de la época de Villar en pasado y de cambio en la RFEF cuando Rubiales llegó a la presidencia apoyado en seis presidentes de territoriales imputados en la operación Soule, no es muy presentable.
España no puede tener un ministro tan desinformado. En cuanto a los seis anteriores imputados, la historia era de dominio público. Se han escrito muchas páginas y se han llenado muchos minutos de programación radiofónica y televisiva explicando los posibles delitos que se les imputan de momento a los dirigentes amigos de Rubiales.
En cuanto a la detención de Subies, media España del mundo del fútbol estaba esperando si finalmente trascendía la investigación a la que estaba siendo sometido. Por ello sorprende que el ministro haga una diferenciación entre los tiempos de Villar y de Rubiales, cuando ambas etapas siguen teniendo un nexo de unión en el juez Pedraz.
Mal va Guirao si sigue el ejemplo de su antecesor en el cargo Méndez de Vigo, quien cuando media España sabía que cualquier día el villarismo saltaba por los aires previa visita de la Guardia Civil, no se le ocurrió otra cosa que decir que «habría que dar una salida digna a Villar».
La realidad es que Luis Rubiales, presidente de la federación más importante del país, sostiene su presidencia en el apoyo de una serie de personas sobre las que existen serios indicios judiciales. Y todo un ministro de España no puede ignorar estos hechos.
Rubiales sostiene su presidencia en el apoyo de una serie de personas sobre las que existen graves sospechas judiciales. Y todo un ministro de España no puede ignorar estos hechos
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