Empezó San Mateo. El mejor San Mateo según unos, el peor según otros. Yo les diré mi opinión el lunes cuando todo pase y sólo nos quede la resaca y los recuerdos: hay que ser imparcial y vivir para hablar
Todo empezó con Concha Quirós, que es de lo mejor que hay en Oviedo, y los chicos del bádminton. Pero yo le había empezado a robar horas al reloj desde bien temprano, en la Peña recreativa, cultural y gastronómica 2-20. Las fiestas uno las empieza cundo quiere y como quiere, faltaría más.
Me dejé caer hasta el centro. Entre codos y gente me habría hueco, no sin esfuerzo, en las barras de los chiringos. La mezcla de músicas y el olor a humanidad hacían más difícil todo, y más divertido: si no quieres gente quédate en casa, joder. Cuando haces 'pop' ya no hay 'stop', y las cervezas, las copas y unos mojitos aguados con extra de azúcar fueron cayendo como si no hubiese mañana.
Es el primer San Mateo de mi vida sin la presencia de Manolín 'el gitano', y quieran que no, echo de menos sus bailes y la forma de hacer caja maldiciendo a todos y a nadie. Año 2018, I San Mateo dMG.
En el 'Rocket' Santi Alverú y Litos hicieron 'COMEDIA,', así, con mayúsculas: 'calité' de yogur. Santi que estuvo a punto de ganar un Goya -y ahora folla muchísimo más de lo que imaginó en su vida- y Litos son lo mejor que uno se puede encontrar actualmente en el panorama español. Y se lo digo en serio, miren que me jode decir esto de unos amigos, pero si pueden no se los pierdan.
Pasaba la noche y decidí hacer 'bomba de humo' antes de que fuese demasiado tarde. Esto ha empezado: botas de tacos, toco y me voy. Nos vemos en la calle.