Una información del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre El Valle, basada en la necropsia del cachalote hallado el pasado mes de febrero en la costa sur de España, reveló que su muerte se debió a un shok gástrico causado por la ingestión masiva de plástico. Hasta treinta kilos de estos desechos fueron encontrados en el estómago y los intestinos de la ballena.
El ejemplar tenía diez metros de largo y el contenido de lo ingerido era muy variado: desde bolsas, sacos, redes y cuerdas hasta un bidón de plástico. Los expertos descubrieron que las paredes internas del abdomen de la ballena se inflamaron debido a una infección bacteriana o fúngica, posiblemente como resultado de que el animal no pudiera expulsar los plásticos de su sistema, provocando una dolorosa peritonitis.
Según informa Forbes, la Unión Europea está impulsando una transición para hacer que todo el plástico sea reciclable o reutilizable para 2030, con muchas agencias en todo el mundo discutiendo la eliminación completa de los plásticos no biodegradables gradualmente. También, como resultado de este incidente registrado en una playa murciana, el gobierno de esa Comunidad ha lanzado una campaña contra el vertido de desechos de plástico en el agua de la ciudad costera.
Los expertos estiman que hasta el cinco por ciento de los plásticos producidos en todo el mundo acaban como basura en mares y océanos. En 2010 fueron aproximadamente 12 millones de toneladas. La mayoría proceden de nuestros ríos, las venas del planeta y su fuente de vida, cada vez más atrofiada.
Una vez leí que una ballena blanca que vivió treinta años en un acuario en San Diego, California (oeste de Estados Unidos), era capaz de imitar la voz humana, según los investigadores que registraron los sonidos del cetáceo y efectuaron un análisis acústico. Ignoro que sonidos de dolor marcaron la agonía del cachalote que vino a morir a una playa de Murcia, pero esos gritos deberían imitar los nuestros y llenar las conciencias de quienes no hacen lo posible porque la muerte deje de habitar nuestros mares.
Nuestra vida son los ríos (Eo, Navia, Esva, Nalón, Narcea, Sella, Deva…), que van a dar al mar, que no debe ser el morir. Seamos conscientes de que en sus aguas va el pulso del planeta, porque de lo contrario seremos una mierda.
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