Anna Gabriel y la generación «Pequeño Nicolás»

OPINIÓN

03 nov 2021 . Actualizado a las 16:04 h.

Quizás haya sido la presencia de programas como Gran Hermano con los que se han criado algunos de nuestros jóvenes lo que ha influido en su actitud de buscavidas. Ganarse el pan sin hacer nada de provecho. Sólo echándole cara, porque a fin de cuentas tienes la vida solucionada… ya te la financian papá y mamá.

Decía un día un miembro de una ONG humanitaria que es fácil ser ecologista cuando se tiene la barriga llena. No podemos criminalizar por irrespetuosos con el medio ambiente a los oriundos de países en los que se mueren de hambre y faltan los más elementales servicios sociales. Del mismo modo, es fácil ser anticapitalista cuando tienes una abultada cuenta bancaria que te permite residir en Suiza huyendo de la justicia. No en Venezuela, no en Mozambique o en Guinea Bissau. No: en la cuna del capitalismo y en uno de los países más caros de toda Europa. Así también soy yo anticapitalista.

Que muchos de los líderes de la CUP son unos hijos de papá que tienen el independentismo como su jueguecito particular porque son unos vagos ociosos era algo que ya se sabía. Ahora sólo se demuestra. No hay diferencia alguna entre Anna Gabriel y el Pequeño Nicolás. Ambos son apenas unos pijos (según la R.A.E.: Que en su vestuario, modales, lenguaje, etc., manifiesta afectadamente gustos propios de una clase social adinerada) y unos niñatos aprovechados que han tratado de poner en jaque al Estado.

Pero, ¿acaso se pensaban que jugar con el Estado de Derecho es cosa de broma? ¿Tan poco han aprendido en la ESO que no saben que España ha tenido que lidiar nada menos que con ETA, GRAPO, Terra Iure y el Exército Guerrilheiro do Povo Galego, y que logró imponerse a todos ellos? ¿Se creen que este país está para sus bromas, para ser chantajeado por una pandilla de niñatos malcriados?

Ahora el Pequeño Nicolás y su sosia, Anna Gabriel, han visto las orejas al lobo. Al uno lo han procesado y ahora trata de declararse inimputable (es decir, hacerse el loco) y la otra da la espantada. Porque esos mismos hijos de papá se han criado en un mundo en el que para ellos todo eran derechos, de modo que son incapaces de asumir la responsabilidad de sus actos. Lo que es un síntoma de absoluta inmadurez.

El caso es que, con el fin de no aceptar la penitencia que lleva delinquir son capaces de recurrir a las más pueriles tretas. ¡Qué cambio de imagen la de Anna Gabriel! Claro, ahora en Suiza es mejor no ir vestida con el uniforme de progre indepe, porque estaría mal visto y no daría pena a las instituciones de las que pende la extradición. Mejor soltarse el pelo y vestir de forma más modosa y recatada (pija). Luego su indumentaria anterior era pura fachada. Pero, ¿acaso el independentismo es otra cosa?

No sé si al final se logrará la extradición, porque ya pagará papá un buen abogado de Ginebra y le buscará luego un chollito. En todo caso, Cataluña y el resto de España salen ganando teniendo a este tipo de mocosos fuera de nuestras fronteras. Fronteras comunes, por cierto. Muy a su pesar.