Todos los países que se independizaron de España (salvo Filipinas) tuvieron y tienen el castellano como lengua oficial... ...y aún hay quien cree que la oficialidad de una lengua tiene que ver con la independencia de un país. ¿Pero estos españoles dónde estudian historia? Si estudiamos por qué se desmembró el Imperio Español, por qué se independizaron todas las colonias, por qué Bolívar consiguió lo que consiguió, no podemos más que llegar a la conclusión lógica de que la independencia y la lengua no tienen nada que ver. Y no es que «ayer» no tuviesen nada que ver y «hoy» sí: Hoy siguen sin tener nada que ver.
En Cataluña, por ejemplo, no hay muchos más hablantes de catalán en 2018 de los que podía haber hace 10 años. Sin embargo, el número de independentistas se ha prácticamente doblado después de que el TC tumbase el nuevo Estatut. En Galicia, por coger otro ejemplo, se habla muchísimo más gallego del euskera que se habla en euskadi (55% de los vascos entiende el euskera aunque sea con dificultad mientras que el 89% de los gallegos usa el gallego aunque sea «a veces»). Al mismo tiempo, en Euskadi el nacionalismo es hegemónico y en Galicia es la opción de una minoría que es casi tan minoritaria como la población gallega que no usa el gallego: Un 10%.
Estados Unidos se independizó por los impuestos, que eran altos y no se votaban por las 13 colonias, y fue ésa la razón por la que volcaron los cargamentos de té en Boston y no para defender su derecho a decir «Truck» en lugar de «Lorry» o escribir «Omelet» en lugar de «Omelette». Sin irnos tan lejos, aquí a la vuelta de la esquina, en el corazón de Europa, hemos visto cómo serbios, croatas y bosnios se mataban de forma cruel por defender cada uno su independencia y su idea de «Patria» mientras que todos ellos hablaban el mismo idioma: el serbocroata.
Austria no quiere ser Alemania a pesar de hablar el mismo idioma, ni Valonia quiere ser Francia; pero sí quiere ser Bélgica a pesar de ser una minoría lingüística en este país. Australia y Canadá no quieren ser británicas, sino libres, pero no tienen ningún reparo en hablar las dos en inglés. Muchos en el Ulster quieren la independencia de Irlanda del Norte y unirse a la República de Irlanda, pero ninguno de ellos tienen la menor intención ni de aprender gaélico ni de dejar de hablar en inglés. Como tampoco tiene la mayoría de los irlandeses la menor intención de aprender su propia lengua, se conforman con hablar el inglés, su lengua «auxiliar».
Miranda do Douro habla asturiano -sí, Asturiano- y oficializó su variante local en 1999 -sí, oficial- y en cambio no veréis allí ni a un solo nacionalista o independentista (ni siquiera regionalista): Sólo portugueses orgullosos de tener dos lenguas en lugar de una sola. Volviendo a España, en el Val de Arán, en Cataluña, el occitano es oficial y todos son unionistas. De hecho, el occitano es oficial allí desde hace bien poco, concretamente desde que se aprobase el último estatuto de Cataluña (el que se denunció ante el TC) y lejos de subir el catalanismo no lo hizo, ni nació ningún nuevo «occitanismo», los araneses viven con naturalidad su identidad, su lengua y su pertenencia a España.
Del mismo modo, el nacionalismo canario tiene muchísimo más peso en la política tanto de Canarias como incluso española (recordemos al famoso diputado del PSOE de Nueva Canarias) que el de Baleares o Valencia. Si estas dos últimas hablan también en catalán, Canarias sólo lo hace en castellano. Pero sigamos hablando de Baleares o Valencia. Las dos hablan la misma lengua que en Cataluña y tienen muy claro que ellos no son catalanes ni tienen la menor intención de serlo. N'A Veiga se habla gallego y son todos asturianos hasta la médula; muchísimo más que los de Miranda, que eso sí hablan asturiano pero en absoluto lo son.
En definitiva: En Asturies, en España, en Europa o en América. Hoy, ayer o mañana; el independentismo/nacionalismo y la lengua no tienen ninguna relación. La lengua es un instrumento de comunicación y una seña de identidad, mientras que el independentismo o el nacionalismo se deben en cambio a cuestiones políticas que están mucho más relacionadas con el sentimiento de menosprecio, las relaciones económicas desiguales y la articulación política de los intereses económicos y políticos de un territorio. Así que podéis sentiros como queráis, tener un proyecto común para España o uno de país para Asturies, pero por favor, no mezcléis vuestras legítimas aspiraciones políticas con la lengua, que es de todos sin excepción, ni con los derechos democráticos de los hablantes del asturiano, del gallego asturiano y del castellano.
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