La revista Interviú tiene los días contados, después de que el grupo editor Zeta haya decidido su cierre y el de su complementaria Tiempo. Las pérdidas económicas acumuladas por las dos publicaciones en los últimos años hacen que se ponga fin a una historia de más de cuarenta años, por parte de la primera de las publicaciones, y de algo más de treinta en lo que respecta a Tiempo, que nació como un suplemento político de Interviú, creo que en 1982.
Algunos recordarán que esta última revista, cuyo primer número data de 1976, fue una copia de otra precedente y todavía en circulación entonces, de la que no se suele hacer referencia, y que fue la primera en integrar el periodismo de denuncia política -entonces primerizo- con páginas a todo color de lo que entonces se llamaba el destape. Este semanario se llamaba Personas y algunos de sus colaboradores pasaron a integrarse en Interviú cuando cerró la revista, en 1977, entre los que recuerdo a Luis Otero y Manuel Cerdán, este al principio de su carrera, como al ahora veterano cronista parlamentario Luis Díez. No fue, por lo tanto, la publicación que ahora cierra la primera en ejercer este tipo de periodismo, como dijo y dijo mal uno de sus subdirectores en El Intermedio.
En su última y breve etapa, bajo la dirección de Alfonso García Pérez, Personas contó con Moncho Alpuente y un servidor como redactores-jefe, y nuestro propósito fue trocar sin éxito los cuadernillos de destape habituales por un erotismo artístico demasiado sutil quizá, sin que el procedimiento evitara el cierre del semanario, ante la competencia y fortaleza de arranque del recién llegado Interviú.
El punto final ahora de esta revista me hace relacionarlo con el de Personas, en donde escribían entre otros Francisco Umbral -que vivía muy cerca de la redacción, ubicada en la calle Pedro Muguruza-, Manuel Vicent, Pablo Castellanos, el líder sindical Julián Ariza y Rosa Montero. Fue en este semanario donde Montero realizó la primera entrevista a Juan Luis Cebrián, director del recién nacido diario El País, al que luego se incorporaría la excelente entrevistadora y hoy afamada novelista. Como también se incorporó a este periódico nuestro estupendo fotógrafo Bernardo Pérez, que por entonces estudiaba Farmacia y hoy puede sorprendernos cualquier día con una memorias más que interesantes y muy bien ilustradas.
Deja Interviú un importante archivo periodístico, que abarca todo este largo periodo democrático bajo la restauración borbónica, por lo que será de gran utilidad en las hemerotecas. También, unas cuantas portadas históricas a costa de desnudos femeninos que en su día fueron motivo de expectación y gran tirada. Es de recordar que la revista llegó al millón de ejemplares en alguna sonada ocasión.
La verdad es que con haber sido un semanario importante en la historia del periodismo español, esa habitual dosis de carnada machista con la que sazonaba sus números era ya un despropósito en los tiempos corrientes, aunque en sus páginas haya colaborado la mismísima Lidia Falcón y haya sido dirigido en alguna etapa por una mujer.
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