La mirada del perro Nicolás, apaleado en Oviedo

OPINIÓN

28 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Otra vez en este país, como tantas otras veces antes, ahora y mañana -si no se penaliza con más rigor el maltrato animal-, un individuo de la especie humana, a la que tantas glorias y desgracias debemos, ha maltratado sádica y bestialmente a un perro, especie animal que tan generosa y fielmente nos asiste durante milenios.

En un barrio de Oviedo, alguien -al que habría que localizar y sancionar con el rigor que merece- apaleó hasta casi la muerte al perro de la fotografía, al que después de la brutal paliza metió en un saco para que agonizara encerrado en un cubo de la basura. No fue así porque un vecino se apercibió del atentado contra la vida de este animal y lo trasladó hasta un albergue de la ciudad, en donde se le prestó el socorro veterinario preciso.

Gracias a esa ayuda, Nicolás -se le puso este nombre por ocurrir el hecho en fechas navideñas- parece bastante recuperado, da los primeros pasos y a sus ojos se ha asomado esa mirada de gratitud absolutamente conmovedora. Vaya desde aquí un abrazo para los cuidadores del albergue La Bolgachina, lugar donde se encuentra el perro a la espera de alguien que lo adopte.

Prefiero utilizar para este comentario la imagen del animal ya un poco recuperado, ofrecida por este periódico, en lugar de la que presentaba a Nicolás en muy mal estado y que servirá para la campaña nacional de recogida de firmas en change.org, al objeto de que el maltrato animal reciba penas de prisión más graves y que los animales no puedan seguir en manos de maltratadores. La campaña, que va encaminada a que se tramite un proyecto de ley que modifique el artículo 337 del Código Penal para incorporar un subtipo agravado de delito de maltrato animal que se ajuste a la gravedad de casos como el de Nicolás, suma actualmente más de 310.000 firmas.

Como personas civilizadas, debemos agradecer a Nicolás esa mirada que nos llega tan dentro de la humanidad en la que Nicolás sigue creyendo, a pesar de todo, y en la que toda sociedad digna y culta debe creer si queremos enfrentarnos y acabar de verdad con actos de barbarie como el que este perro ha sufrido de manos de un canalla, en un país con muchos canallas de esa especie.