Sobre la muerte de Víctor Lainez y «Ciutat Morta»

OPINIÓN

18 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A la par que me llegaba el aviso de un periódico comunicándome la muerte de Víctor Lainez «Fallece en Zaragoza un hombre agredido por llevar tirantes con la bandera de España», me escribían por whatsapp diciéndome que uno de los detenidos por la muerte de Víctor, supuestamente por  llevar tirantes con la bandera de España, es una de los protagonistas del documental «Ciutat Morta». Y muchos de los que me lo han dicho acompañan la información con críticas y ataques al documental; que muchos de ellos conocieron y vieron gracias a mi recomendación e insistencia. A la hora a la que escribo no estoy seguro de la veracidad total de esta información, que quede claro, pero me aseguran que sí, que es uno de los protagonistas: Rodrigo Lanza, acusado de dejar tetrapléjico a un mosso, y que cumplió condena (seis años) por ello.

«Ciutat Morta», pese a ser parcial y posicionarse claramente a favor de RL (el acusado por la muerte de Lainez) y sus compañeros y contra los Mossos, muestra de forma clara los fallos y la corrupción del sistema policial y judicial de nuestro país; y para más inri del catalán: de aquellos polvos estos lodos. Me pareció un documental muy bueno, me enganchó desde el primer momento, pese a haber sido elaborado con poco presupuesto y su realización y producción son muy mejorables. Hace más de dos años que lo vi y aún recuerdo datos, escenas y argumentos. También, he de decirlo todo, porque me obsesionó, en cierto modo, y busqué información complementaria y de diferentes fuentes: recuerdo un buenísimo artículo de Arcadi criticándolo y sacando a la luz algunas de sus falacias. Lo que no comprendo es que ahora ataquen el documental y carguen contra todos los que lo hicieron posible. Si el protagonista es en verdad el culpable de la agresión que causó la muerte a Victor que pague por ello y todo el peso de la ley recaiga sobre él: sin miramientos ni tibiezas. De Lanza, y basándome en la información que encontré y cotejé, nada bueno puedo decir: escoria humana; sectario, cercano a grupos de extrema izquierda y antisistema; y muy violento. Alguien con el que es mejor no cruzarse, por desgracia Victor lo hizo en un bar, de madrugada y con alcohol de por medio. Ésto y supuestamente unos tirantes de España fueron causa suficiente para acabar con su vida. Pongo «supuestamente» repetidas veces no porque no crea que Rodrigo Lanza sea culpable, lo hago porque me cuesta crear que alguien pueda ser capar de matar por unos tirantes con la bandera española. No quiero creer que ésta pueda ser la razón verdadera, quiero engañarme y mantener la esperanza en el Ser Humano, hasta en los más salvajes y mezquinos.

Pero, quiero incidir en que atacar el producto visual «Ciutat Morta» nada soluciona. Es más, está más cerca de la posición extremista y sectaria que de la verdadera libertad. Que uno de sus protagonista sea un asesino no es razón para el ataque: es ridículo y mezquino. O, quizá, a quien verdaderamente tratan de atacar es a mí. Una y otra vez me acusan de relajar mis posiciones y de volverme equidistante. Cosa que siempre he detestado. El «ni con unos ni con otros» que tanto critica Germán Ojeda se lo dejo a él, fiel valedor de  está práctica para sacar rédito personal, profesional y económico. Pero sí creo que un buen ejercicio que deberíamos practicar más, todos y cada uno, es el juzgar un producto, una idea, una obra por lo que és y no por su autor. Se llama coherencia, no equidistancia.

Que sirva este artículo para manifestar mi repulsa absoluta a todos aquellos que recurren a la violencia, cuya potestad única corresponde al Estado. Y mi pésame a los familiares y amigos de Víctor, mucho ánimo.