Existen muchas formas de delinquir, pero las más comunes son aquellas que se suelen dar a conocer con más habitualidad, robo, homicidio…Pero hay formas que se escapan de nuestro razonamiento por tanto no prestamos la debida atención, este es el caso del Inspector Jefe de la UDEF, Manuel Morocho, principal investigador de la famosa causa Gürtel que implica además de otros, a partidos políticos y sus miembros. Ayer en comparecencia del Senado en una comisión, dijo que el partido político que estaba siendo enjuiciado le había interpuesto hasta siete querellas hacia su persona con el objeto de desestabilizar al investigador. Este hecho que ha pasado desapercibido en un caso donde se está enjuiciando una posible trama de corrupción de un partido político que en estos momentos, muchos de sus miembros son los encargados de gobernar un país o ya eran dirigentes de alguna administración, es de extrema gravedad. El uso de poder y económico que tiene un partido de esta índole puede ser utilizado para intentar presionar a la policía, o al Inspector investigador con un claro fin. En el caso del inspector se han podido utilizar querellas podríamos definir como herramientas legales de extorsión, para que cese en su investigación. A priori el querellarse o denunciar a otra persona forma parte de nuestro sistema legal, y da una apariencia de intencionalidad afecta, pero estas prácticas pueden contener intenciones contrarias y ser utilizadas como herramientas para delinquir. Afortunadamente en muchos casos esas querellas son inmediatamente archivadas, pero ¿se investiga el hecho que han podido ser interpuestas con intenciones distintas a las fundamentadas? Existen denuncias que dan como respuesta y protocolo la filiación del detenido con lo cual queda marcado para el resto de su vida, aún sin previa condena. Este hecho también en ocasiones es utilizado para desprestigiar a una persona, otra herramienta legal para delinquir, que también es utilizada y pasa desapercibida habitualmente. Como podemos comprobar hay maneras de delinquir con una apariencia de legalidad que pasa por nuestros ojos y no estamos siendo capaces de detectar dada su sibilina fachada y aparente normalidad.