Cuatro años después del accidente del Alvia

X. Carlos Fernández TRIBUNA

OPINIÓN

23 jul 2017 . Actualizado a las 09:53 h.

Según se refleja en la información facilitada por La Voz, sigue sin haber una fecha para la puesta en servicio del ERTMS en los 4 kilómetros de la línea de alta velocidad (LAV) Ourense-Santiago anteriores a la estación compostelana, pues todavía no se halla finalizada la instalación de los elementos físicos, eléctricos y electrónicos, ni lógicos que componen el sistema ERTMS. Una vez finalicen estos trabajos e instalaciones, deberán realizarse pruebas de diferente índole para comprobar que funcionan correctamente y, a posteriori, también deberá verificarse con los trenes funcionando que el sistema cumple las especificaciones para las que está diseñado. Estas pruebas y controles llevan la posible fecha de inauguración hasta más allá diciembre del 2017. 

Mientras tanto, la circulación de los trenes se hace mediante un doble sistema: ERTMS hasta la curva de Angrois y ASFA desde allí hasta Santiago, si bien la transición entre ambos dispone, desde una semana después del accidente, de una protección provisional mediante balizas y señalización lateral que en la actualidad sería capaz de avisar al maquinista y frenar el tren en caso de una eventual superación de la velocidad límite.

Vale la pena razonar sobre que el tramo de los 4 kilómetros tiene una gran complejidad para la instalación del ERTMS. De una parte, en el inicio se produce la incorporación de la línea convencional procedente de Ourense. Un poco más adelante, se halla la bifurcación de la línea que desde la de Ourense-Santiago permite a los trenes dirigirse hacia Vigo por el eje atlántico sin detenerse en Santiago. A continuación esta línea tiene un último tramo común con la línea del eje atlántico propiamente dicha y finaliza en la estación de Santiago, lo que obliga a coordinar y compatibilizar el sistema de la LAV con los enclavamientos de la estación que regulan y bloquean las diferentes vías para una circulación segura.

A nadie se le escapa que el largo plazo, 29 meses hasta diciembre, que ha dado el ADIF a las empresas de la UTE para que completen la instalación y para que realicen las pruebas de funcionamiento se debe a la complejidad del proyecto y a las pruebas que deben hacerse con los trenes ya en funcionamiento. Y por ello resulta sensato razonar que la exclusión de la instalación del ERTMS en este tramo de 4 kilómetros está relacionada con la fecha que había anunciado el Ministro de Fomento seis meses antes para realizar la inauguración de la LAV Ourense-Santiago.