Según nuestras estimaciones, de celebrarse ahora elecciones generales ganaría el PP con 6,8 millones de votos, el 29,2 % y 124 escaños, lo que significa un retroceso de 1,1 millones de votos y trece actas respecto a sus resultados del 26 de junio del 2016. Más de un millón de los votantes de Rajoy permanecen desmovilizados, porque los casos de corrupción y las actitudes de algunos dirigentes del PP avergüenzan a muchos, mientras que medio millón de esos electores votarían ahora a Ciudadanos. Segundo quedaría el PSOE con 5,9 millones de votos, el 25,5 % y 96 escaños, once actas más que hace un año. En la actualidad, Pedro Sánchez es el héroe ciudadano que ha derrotado al sistema mediático en su totalidad, a los poderes reales y a su propio partido, con la idea central de conseguir, cuanto antes, una mayoría alternativa al PP de Rajoy. Y no es menos cierto que el PSOE está actuando con toda la inteligencia en la prolongación parlamentaria de esta frontalidad; CETA, techo de gasto… La victoria de Pedro Sánchez ha generado una expectativa de cambio entre aquellos electores que lo visualizaron el 20D y el 26J, una recuperación de cierta esperanza que ha situado al PSOE a ochocientos mil votos del PP.
Unidos Podemos y las confluencias transitan ahora en tercer lugar con 4,3 millones de votos, el 18,5 % y 58 escaños, medio millón de votos menos que hace un mes y trece actas menos que hace un año. Pierden los escaños que gana el PSOE en Alicante, Valencia, Jaén, Sevilla y Madrid, aunque también otros que gana Ciudadanos en Albacete, Toledo, La Rioja, Burgos y Huesca, y unos terceros que serían para el PNV en Vizcaya y ERC en Barcelona. El concepto electoral UP y las confluencias solo ganaría un escaño, que sería el primero de En Marea por Ourense. El cuarto es Ciudadanos, que se defiende sin dificultades en el umbral de los 3,6 millones de votos, el 15,3 % y 46 escaños, catorce más de los que tiene este partido en la actualidad. Y esto tiene que ver con el estrechamiento de la posición del PP pero también la de UP, como acabamos de ver. Completan este cuadro ERC con 10 actas (+1), el PDeCAT con 7 (-1), EH-Bildu con 3 (+1) y Coalición Canaria con 1 (0).
Esta es la situación electoral que describimos mientras se realiza el barómetro de julio del CIS, pero será sin duda diferente después de los sucesos de octubre en Cataluña. La respuesta del Gobierno ya no puede ser el cumplimiento estricto de la ley, porque resulta ridícula cuando la gente coincide en el editorial de The New York Times que reclama un referendo pactado. Según una encuesta reciente de GAD3 para La Vanguardia, el 54 % de los ciudadanos de 18 y más años de edad de Cataluña tienen intención de votar en el refrendo del 1 de octubre, sea legal, ilegal, unilateral o pactado. Lo que nos dice que hay casi diez puntos de quebequización del procés, que son las personas que se suman anteponiendo su dignidad democrática a cualquier otra consideración. Si la solución es negociada y hay un refrendo en marcha, pues este mismo nos sirve, legalicémoslo.