Psicólogos y psiquiatras comparan el comportamiento de los independentistas catalanes con el del hijo malcriado al que se le ha consentido todo sin negarle nada. Las consecuencias son los continuos reproches hacia los progenitores, sus desmesuradas demandas egoístas e insolidarias en detrimento del resto de hermanos y sus amenazas de irse de casa.
Cataluña ha sido mimada por los gobiernos desde Fernando el Católico hasta Franco y desde los Austria hasta los Borbones. El ascenso de Cataluña se debe, sin duda, a la laboriosidad de su empresariado y a su condición, no exclusiva, de puerta con Francia, pero como escribió Stendhal en su Diario de un turista, de 1839, tras un viaje de Perpiñán a Barcelona: «Los catalanes quieren leyes justas, a excepción de la ley de aduana, que debe ser hecha a su medida. Quieren que cada español que necesite algodón pague cuatro francos la vara, por el hecho de que Cataluña está en el mundo. El español de Granada, de Málaga o de La Coruña no puede comprar paños de algodón ingleses, que son excelentes y cuestan un franco la vara». El arancel proteccionista, consecuencia de la queja perpetua catalana -sentencia Stendhal-, convierte al resto de España en mercado cautivo del textil catalán.
De este trato ventajoso vendría luego la química, la farmacéutica, la primera línea férrea de España (Mataró-Barcelona, 1848), la primera empresa de producción y distribución de electricidad (Sociedad Española de Electricidad -Barcelona, 1881-), la primera ciudad española con alumbrado público (Gerona, 1886), la primera Feria Internacional de Muestras (Barcelona, por decreto de Franco en 1943, junto con Valencia), la fábrica de coches Seat (en Martorell -Barcelona-, en 1950, por decreto de Franco y para seguir la tradición iniciada con Hispano Suiza -1904- y su sucesora la Empresa Nacional de Autocamiones, S.A., fundada por el INI -ahora SEPI- y fabricante de los automóviles y camiones Pegaso), las primera autopistas con aval del Estado y seguro de cambio peseta-dólar (Cataluña y País Vasco), los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 (con gestión directa de la Corona y del Gobierno; apoyo diplomático masivo y financiación del Estado), la entrega a empresas catalanas del sector estratégico de la energía (en 1989 el Gobierno de Felipe González vendió Repsol (propiedad del INI) a capitales públicos y privados catalanes, y en 1994, otro Ejecutivo del líder socialista vende Enagás a la gasera catalana Gas Natural SDG S. A. por un precio inferior en un 58 % a su valor en libros. Y ahora ocurrirá con la posible instalación en Barcelona de la Agencia Europea del Medicamento, cuando abandone Londres por culpa del brexit.
Cataluña es la hija consentida y cuando sus padres han empezado tímidamente a tratar a todos por igual con el «café para todos» no le ha gustado, como le ocurrió con los aranceles y la libre competencia. Según la serie histórica de desarrollo regional de Julio Alcaide, en 1930 la primera región en PIB por habitante era el País Vasco y la segunda Cataluña. En el 2015, Madrid era la primera, País Vasco la segunda, Navarra la tercera y Cataluña la cuarta. Y en deuda pública, Cataluña es antepenúltima (35,40 %), por delante de Castilla-La Mancha (37 % ) y la Comunidad Valenciana (42,50 %).
El Estado debe seguir firme frente a los Artur Mas y Carles Puigdemont de turno, y evitando a toda costa la manipulación en la educación y en los medios públicos de comunicación, e igualando servicios e infraestructuras en todas las comunidades para que luego sean los ciudadanos los que creen riqueza según sus talentos.