Me entero de que el rector Alas, hijo de Leopoldo Alas (Clarín), asesinado por el franquismo durante la Guerra de España, ha vuelto al paraninfo de la Universidad de Oviedo con la lectura dramatizada de una obra escrita por quien fuera presidente del Principado de Asturias, Pedro de Silva.
La dramatización corrió a cargo de grupo Traslluz y contó con una nutrida asistencia de público, entre el que se encontraba el autor y los nietos de Leopoldo Alas Argüelles, Leopoldo y Cristina Tolivar. Según he podido leer en la prensa regional, no se trata de una actividad aislada, pues forma parte de una iniciativa promovida por el sindicato Comisiones Obreras en pro de la recuperación de la memoria histórica.
La obra, titulada El rector, se centra en la detención, consejo de guerra y ejecución del hijo de Clarín, hecho que algunos achacaron a un mero afán de venganza perpetrado por aquellos sectores más conservadores de la ciudad que muchos años atrás se habían escandalizado con La regenta, la gran novela de uno de los más notables escritores de nuestra literatura.
Me atrevo a hacer dos puntualizaciones con relación a esta noticia. La primera, sobre esa recuperación de la memoria histórica y la figura en concreto de quien fuera rector de la Universidad de Oviedo: convendría que en la lápida conmemorativa que figura en el antiguo edificio histórico, se hiciera constar la verdadera razón de su muerte en castellano y no en latín metafórico (acervo fato raptum), tal como se hizo en 1987.
La segunda se refiere a la lectura dramatizada de la obra de mi estimado Pedro de Silva, cuyo valor desconozco, pero que en todo caso creo merecería al menos -por la cualificación literaria del autor y la significación y reparación de su personaje- una representación teatral. ¿O acaso del presupuesto que nutre una lamentable televisión autonómica, que vergüenza debería dar a sus gestores y directivos, no se podría dedicar una mínima aportación para que alguna compañía asturiana pusiera El rector en pie en un escenario?
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