Por allí viene el tren con viajeros

OPINIÓN

11 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La política es un asunto serio que concierne a todos los seres humanos. Últimamente esta idea no parece que se corresponda con la realidad en algunos países del mundo. En Europa tenemos a Gran Bretaña, a Francia, a Holanda, a Alemania, a Rusia y a la Unión Europea jugando con la política de una manera bastante superficial y mentirosa. En Estados Unidos, Venezuela, Federación Rusa y Corea del Norte, por poner ejemplos que todos conocemos, se sacan las cosas de su sitio a través de un maquinista que ordena echar carbón, le ayudan algunos fogoneros, a su máquina de vapor para que siga su marcha por unas vías y una dirección en la que solamente él ha pensado sin contar con los pasajeros que el tren lleva.

Hoy en la política española tenemos a tres personajes esenciales que desean convertirse, al menos en su partido político, en jefes de tren. Tenemos al que dice ser el fogonero, cuya tarea principal es la de alimentar el fuego de la locomotora de vapor, del freno de ténder y la limpieza y el engrase de la máquina. Es el que enciende al hogar y calienta el agua de la caldera trajinando en el reducido espacio de la máquina, manejando paladas de carbón de hulla o madera. Contamos con la guardesa que es la persona que controla los pasos de nivel mediante las barreras deslizantes, abatibles, con cadenas, o con barreras giratorias que cortan el tráfico de la vía. Son las personas que vigilan el paso de los convoyes y mantienen perfectos los contracarriles, además de vigilar el camino para que nadie apresurado se lo salte. Y tenemos al calzador que son los expertos que deben eliminar las inflexiones o baches de la vía, introduciendo balasto bajo las traviesas afectadas por desperfectos. Son los calzadores de la vía que deben mantenerla nivelada y alineada.

Pero creo que en este mundo actual de la política se ha olvidado al guardagujas, que es el que maneja los cambios de vía, para que cada tren ocupe la que le corresponde, y del visitador que es el que se encarga de la inspección del material rodante. Son los que en las estaciones hemos visto golpear las ruedas de los trenes con el martillo con el propósito de descubrir fisuras o roturas y que cambiaban las zapatas de los frenos y todo lo que tenía que ver con el rodaje del material remolcado.

Las tres profesiones primeras aspiran a alcanzar el grado de jefe de tren. Es decir, la persona que coordina las actividades que realiza el tren en el tiempo en el que está en la vía la vía, esto es, en el recorrido del viaje, ya que en cada parada manda el jefe de estación.

El jefe del tren es el que dice ¡Viajeros al tren! Y el responsable de las mercancías y el equipaje, y el que puede mandar en el maquinista y en el guardafrenos.

Está metáfora, de alguien al que le gusta el tren como medio de transporte, muestra que estos trabajos en el ferrocarril, y algunos más que me he dejado, hacían, hace algunas décadas, que el tren funcionase correctamente, dado que estas labores se coordinaban entre sí para que llegar al mismo fin, esto es, la atención al viajero durante el recorrido y la llegada de todos los viajeros a la estación término sin problemas que lo impidiesen.