El 2 de abril tuvo lugar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador. El candidato oficialista, Lenín Moreno logró finalmente la victoria con un 51,1%, tan sólo dos puntos más, de los logrados por al banquero Guillermo Lasso. El denominado como «fin de ciclo» de gobiernos progresistas y la vuelta de gobiernos neoliberales en Latinoamérica, tras la derrota en las legislativas en Venezuela, la victoria de Macri en Argentina, la derrota de Evo Morales en el referéndum en Bolivia y el golpe de timón contra Dilma en Brasil, ha quedado así desbaratado . Es cierto que no se puede pasar por alto el desgaste existente del oficialismo, que queda patente en que por primera vez desde que Rafael Correa llegase a la presidencia en 2006, se ha llegado a una segunda vuelta. La primera, celebrada el 19 de febrero, fue ganada también por Moreno, pero se quedó a unas décimas de obtener el 40% de los votos que le hubiesen otorgado el triunfo definitivo.
El marco de referencia sobre el que versó la campaña fue el tema económico, donde el candidato de CREO, Lasso, defendió políticas neoliberales basadas en la reducción de impuestos, en la austeridad y en la disminución del gasto público. Ello permitió al candidato de Alianza País, Moreno, elaborar un discurso favorable ante las clases populares. El pasado de Lasso, como Ministro de Economía de Jamil Mahuad (quien acabaría huido a Estados Unidos y condenado por Ecuador) a finales de los 90, época en la que el país andino sufrió una crisis política y económica que aun está presente en la sociedad ecuatoriana, cuando el feriado bancario en 1999 hizo perder sus ahorros a buena parte de la población, ha sido un lastre en su candidatura, bien explotado por su rival político. Tampoco se debe olvidar la fragmentación de la oposición entre diversas ofertas electorales, como se vio en la primera vuelta y que pese al apoyo de varios de estos rivales de cara a la segunda, la poca fidelidad partidista que existe en Ecuador, no aseguró en ningún caso la suma de la totalidad de sus votos.
Los logros de la Revolución Ciudadana también han estado presentes. Durante el mandato de Rafael Correa se ha invertido y modernizado el país en cuanto a obras públicas se refiere. Se ha disminuido en un 6% la pobreza y casi dos millones de ecuatorianos salieron de la miseria. Además, la clase media pasó del 29% al 47% de la población. También se ha avanzado en escolarización infantil, en pensiones y se ha aumentado la inversión en sanidad y discapacidad. Más allá de la retórica, en Ecuador ha pesado y mucho la labor desarrollada desde las instituciones.
En definitiva, Lenín Moreno, quien fuera Vicepresidente de Correa entre los años 2007-2013 y enviado especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre Discapacidad y Accesibilidad, se ha convertido en el nuevo Presidente de Ecuador, para cuyo mandato, el cual se iniciará el próximo 24 de mayo, ha prometido diálogo y unas formas completamente distintas a las de su antecesor.