Dice Susana Díaz que su resultado en las elecciones autonómicas de Andalucía del mes de marzo del 2015 sirve como ejemplo de la inflexión que necesita el PSOE para poner fin a nueve años de derrotas en España. El resultado paradigmático al que se refiere la presidenta de Andalucía (1.411.755 votos) es el tercero entre los peores del PSOE en esa comunidad; el PSOE solo obtuvo menos votos en las elecciones autonómicas del año 1994 (1.395.131) y en las de 1990 (1.368.576), lo que objetiva los resultados del año 2015 como la peor catástrofe electoral de los socialistas en este tipo de comicios, porque ahora votan un millón y medio más de electores que entonces.
Se puede decir que Susana Díaz no sabe lo que dice, porque fue precisamente en esas elecciones del 2015 cuando quebró en las urnas el modelo de negocio bipartito, un asunto del que algo sabía el lector. Todos recordamos la irrupción de Ciudadanos y Podemos en esas elecciones de Andalucía y las súplicas de la presidenta en funciones para que alguien le diese el Gobierno, algo que no sucedió hasta después de celebradas las elecciones autonómicas y municipales del mes de mayo.
Lo que los socialistas de Andalucía resolvieron con un paseíllo y luego el sistema con su característico aquí no está pasando nada, se nos presenta ahora como la base conceptual de la remontada de Susana Díaz. Cómo piensa hacerlo es algo que nos intriga, porque la demoscopia es rotunda y esta candidata obtendría menos votos que Pedro Sánchez y, ambos, pero también Patxi López, menos de los que obtuvo el PSOE el 26J.
Susana Díaz se deja oír entre los jarrones chinos, dos Ming y el tercero de Cobo Calleja. Porque González y Sánchez son ex secretarios generales y representan a los poderes reales y a la militancia, mientras que Patxi López solo ha sido presidente del Congreso unos meses y es, por consiguiente, un jarrón chino de Cobo Calleja. Certificado, eso sí, con los resultados electorales del 20D (161.988 votos) y del 26J (164.255), que son los peores de la historia de este partido en el País Vasco.
¿Podrá Pedro Sánchez contra la dirección de su partido, ganará las primarias? Vaya usted a saber, porque si el PSOE es aparato y está afinado será que no; que le pregunten a Carme Chacón, que aún andará buscando los votos que le faltaron para ganar a Rubalcaba. Sin embargo, Donald Trump pudo con su dirección y con mucho más, aunque sin cien años de historia y con muchos dólares para gastar. Sánchez pretende reunir a la militancia para ganar las primarias y retirar el apoyo del PSOE a Rajoy, un propósito simpático y movilizador entre un número enorme de electores y aunque todo el mundo sepa que hasta el rabo todo es toro; de puro pesado, cae bien a terceros. Adónde irá Pedro Sánchez si es capaz de ganar, pero adónde irá el PSOE si gana Susana Díaz. En definitiva, el electorado del PSOE está dividido y este partido ya ha dejado de representar a un buen número de sus votantes del 26J, que están optando por desmovilizarse e incluso por votar a Unidos Podemos y las confluencias.