¿Qué sucede realmente en la política española?

OPINIÓN

06 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En estos último días parece que todos los partidos políticos tienden a separarse, al menos a dividirse en dos. Tenemos el ejemplo del Partido Popular que quiere aprobar asuntos que serían de una social democracia avanzada como el alquiler de madres para tener hijos por contrato. Algo, estoy seguro de ello, que no sería del agrado de la derecha de tal partido y aún del centro derecha del mismo. Pero esto se hace por que  sale alguien a anunciar que el partido se está ampliando ideológicamente hacia su izquierda. Por otro lado, tenemos al Partido Socialista Obrero Español que parece claramente dividido entre la parte que se agrupa alrededor de Pedro Sánchez, ya cercana a Podemos, y el otro lado que sugiere que seguirá atento a una versión de cierta social democracia, que también parece que liderará Susana Díaz. Además, tenemos separados a la fracción leninista de Podemos que mandaría Iglesias y a la gramsciana que pilota Errejón. Y más aún, Ciudadanos, el Partido de la Ciudadanía, se abre para dejar que otra persona sea la portavoz del partido y para que haya más gente en la cúpula del aparato, en donde la cabeza visible, perderá cierta fuerza, para ganarla el colectivo.

Pero, ¿qué está pasando?

Creo que ha llegado el miedo vestido con trajes de desconcierto para ir a una fiesta en donde todo el mundo lleva careta de carnaval, pero no para reírse y engañar, si se quiere hasta ligar con un amigo o amiga, sino para esconderse. Se está atacando a la imaginación política. Ya nadie sabe contestar a lo de «Conocer cómo y conocer qué». Por lo que se hace necesario que aparezca un tercer camino para llegar al conocimiento en el que habrá que utilizar la deducción y la intuición. Es decir, habrá que ir pensando en las nuevas formas de construir conceptos mentales en proyectos que miren al futuro, alejándose de lo que ya ha quedado viejo y rechazable en la política.

En la política actual habrá que utilizar un tipo de medios sociales, antropológicos y tecnológicos para saber cuando nos marcan un gol, cuando el balón entra de verdad en la portería, como acontece con la política catalana tan dada a pitar los goles que no lo son, y así poder ser justo con el jugador y el equipo que lo ha marcado o no.

Pienso que hay que encontrar nuevos paradigmas en la política, una serie de pre-entendimientos que vayan rompiendo lo convencional. Pero contando con la imaginación individual, que podrá cuestionar el momento presente y desechar a los que están en la política para cosas diversas, pero diferentes a buscar la racionalidad del ciudadano en su territorio y en una vida mejor.

Por eso, a mí no me hace gracia que se discuta en las sillas del Parlamento español lo que debe ventilarse en las sedes de los partidos. Y darse así cuenta que la relación entre lo presente y lo imaginado no concuerda, si no hay un compromiso entre las partes que busque lo mejor, no para el grupo político correspondiente, sino para cada español y para este país.