Ilusión, ¿iluso?

OPINIÓN

19 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre ilusión e iluso, ¿qué diferencia hay?

Todo es cuestión de letras. ¿Dos más? Esa es, precisamente la diferencia del adjetivo y el sustantivo.

El sustantivo, se agarra a lo positivo. En cambio, el adjetivo deriva al abismo de lo negativo.

¿Qué más se puede dar en la vida, que una ilusión? «Todo en la vida es como una ilusión te cantan cuando naces, también en el adiós». Hasta la canción, se hace eco del sustantivo, lo alimenta, lo ennoblece y rinde tributo en el Adiós.

En cambio, iluso, adjetivo despectivo donde los haya. Tanto que se te queda la cara de tonto sin remedio ante el sólo oír: «Eres un iluso. Pero  qué iluso eres. Tienes cara de iluso. Cuándo vas a dejar de ser iluso. Te pareces a un iluso. Te crees todo: qué iluso eres».

Vivir con este sambenito, es acabar tu carrera antes de empezarla.

Por el contrario, si muestras a los demás que tienes ilusiones, dirán: mira qué feliz, está lleno de ilusiones. Tengo una ilusión más grande por acabar la carrera y dedicarme a lo que siempre quise hacer. No habrá nada ni nadie en el mundo que me impida realizar la ilusión de toda mi vida. Daré todo, hasta la vida por cumplir mis ilusiones.

El día que se marchiten las flores, las ilusiones, me apagaré lentamente, seré un alma en pena. Iluso, vuelve a pender de un hilo despectivo. Lo duro de no entender el valor del adjetivo, cuelga una y otra vez, golpe a golpe, tortura, martirio.

¿Por qué teniendo la misma raíz cambia tanto su sentido? ¿Por qué la parquedad de dos letras: una i y una n, remueven tanta tinta, crecen montañas, valles hundidos, mares bravos, arenas secas?

Me pregunto a mí, a ti, al otro, al que nos oye, escucha y entiende: iluso es a ilusión lo que luz a sombra, despertar a ocaso, noche a amanecida, desierto a vergel, muerte a vida.

De ilusión no se vive; pero si esta falta. ¿En qué se convierte la vida, sino en una anticipada muerte? Es ilusión que se durmió en los laureles de un iluso conquistador de castillos sin almenas, de cárceles sin carceleros, de pasiones si entregas.

Ilusión llamó al iluso sabiendo de su candor, abusando de su inocencia.

No me llames iluso, tengo nombre de ilusión.