Con la llegada, y posteriores triunfos, de Guardiola al Barcelona se puso otra vez de moda envolver al fútbol de un halo filosófico y una función pedagógica. Como si el fútbol no fuese simplemente ganar, que en realidad es lo que es. Para unos Pep es un filósofo, para otros un «meacolonia». Ambos tienen razón, porque Guardiola ante la duda siempre bebe champán, ya lo dijo él: «es lo que mejor sienta en cualquier caso».
Me encanta ver a toda esa masa, mezcla de envidia y complejos, que claman contra los futbolistas por los comportamientos que tienen fuera del campo. «Con lo que cobra, no puede hacer eso», o «hay muchos niños que quieren parecerse a él, menudo ejemplo». Pues miren, a un futbolista se le paga por su trabajo: ya sea jugar al fútbol, dar su imagen, o diseñar diversos objetos con su nombre. A un futbolista y a cada uno de nosotros. Y cada cual es libre de hacer y comportarse como le plazca, siempre y cuando lo hagan dentro de la ley, y si no es así, se atendrán a las consecuencias. Los juicios morales sobre una persona sobran la mayoría de veces, y siempre deben quedar para un ámbito muy personal, mucho mejor callarselos; luego ya, los que los reflejan en el desempeño profesional de cualquier individuo son basura. En una entrevista de Jabois a Arbeloa en la Jotdown, dice el jugador: «Ahora se hace mucha incidencia en que tenemos que ser ejemplo para los niños. Yo no tengo que ser ejemplo para nadie. Tengo que ser ejemplo para mis hijos y punto. Nunca salgo al campo pensando en los niños. Ni pensando en hacer daño a nadie o queriendo lesionar. Soy jugador de fútbol y salgo pensando en lo mejor para mi equipo. Tuve un padre que cuando veíamos algo en la televisión me decía: «Mira, esto no se hace. Esto está bien y esto está mal». Y sí creo que hay situaciones en las que, ¿qué quieres te diga? Ves jugar a Diego Costa y piensas: «Joder, este tío qué cosas hace». Bueno, pues yo quiero a un Diego Costa en mi equipo. Un rompehuevos que va a por todos los balones y choca con todo el mundo. Y cuando juego contra él me tendré que pegar con él y ya está». Y todo aquel que sepa una minucia, ya no de fútbol sino de lo que es la vida, sabe que uno ha de entregarse al trabajo de esta forma para triunfar. «Ejemplo para los niños», mejor dad vosotros ejemplo y estar calladitos.
Estos días pasados, El Mundo, no contento con publicar la infame historia del padre de Nadia y apenas mostrar arrepentimiento por ello, sacan unas exclusivas Footbal Leaks sobre el mundo del fútbol. Unas son ciertas, otras no tanto. Está claro que el origen de estos papeles, donde se destapan entramados oscuros que rodean al fútbol, es ilegal. Pero considero que no debe ser barrera para informar, la única barrera que nunca debe pasar el periodismo es no faltar a la verdad.
En esta serie de exclusivas se acusa a Cristiano Ronaldo de desviar, al menos,150 millones de euros a paraísos fiscales. El jugador y su séquito Gestifute se han apresurado a desmentirlo y han presentado el formulario 720, donde se muestran los bienes que tiene en el exterior. Esto no significa que no haya defraudado, pero antes de empezar a criticar y poner el grito en el cielo, se debería esperar a que los tribunales le declarasen culpable, ya que son los únicos que tienen tal potestad o, al menos, a que avance la investigación y tengamos indicios más creíbles y probados. Sobran las penas de telediario. Ahora llegarán aquellos defensores de las arcas públicas del Estado y los «perfectos», que aparecen hasta detrás de las piedras, a vocear y a cargar contra el 7 del Madrid. Pero, por el momento, nada malo ha hecho, o nada malo que sepamos con seguridad, y como está permitido por ley tener dinero fuera del país, sobran soflamas moralistas de si es más ético tener el dinero en España o fuera. Lo que haga CR con su dinero es algo que sólo a él debería importarle, pero la envidia es deporte nacional, y claro. Porque los primeros que critican son, en muchos casos, los primeros que tratan, sí pueden, de escamotear pagos a Hacienda. Cosa que debería hacer todo español con estos niveles impositivos actuales, pero este es un tema a tratar a parte.
A mí se me puede acusar de muchas cosas, y la mayoría serán ciertas, pero no me acusen de madridista y de defender a Cristino porque viste de blanco. Yo soy del Barcelona, mucho, y como tal detesto al Madrid -si el Real Madrid jugará contra la droga, yo iría siempre con la droga-. Pero ante todo, y por encima de todo, está la justicia y la verdad, no atravesemos esa línea que no tiene paso atrás. Y puede hacer daño a muchas personas. Siempre con la verdad y la justicia, en esta ocasión, yo voy con CR.
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