He hecho referencia en varias ocasiones a los distintos manuales y guías prácticas que circulan por nuestras redes y que nos sirven de biblia para ciertos temas, hoy vamos a hablar del famoso «Empezar de cero».
Y es que es maravilloso, tienes la oportunidad de triunfar dejando atrás tu pasado y esas cosas que nos atormentan, ya se sabe, hoy te levantas y se te olvida la vida de ayer y de anteayer, es así, es ciencia (nótese la ironía).
Pues eso, en tu mierda de vida, con tu mierda de subsidio, salario o paga, decides irte a no sequé parte del mundo a emprender, porque te acuerdas de aquel maravilloso programa que nos acercaba a tantas realidades como era «Españoles por el mundo» y sabes que allí donde vayas, te seguirá un halo de triunfo, con olor al lago, donde vas a atracar la barquita con la que pasearas los domingos, después de una jornada laboral bien remunerada.
Es que empezar de cero es eso, triunfo asegurado, a mí al menos, jamás nadie me dijo lo contrario y jamás lo perdonare ¡JAMÁS!
Pero de repente, te encuentras la puta realidad, nadie te había hablado de la soledad, del sentimiento de fracaso, que la verdad, es lo que más abunda cuando te toca empezar de cero, y es que estoy segura de la existencia de algún tipo de industria o mano negra, que se encarga de ocultarlo y claro, aterrizas y ni las oportunidades salen de debajo de los felpudos ni es tan guay llegar y clavar la pica en Flandes. Que palabra esa, FRA CA SO
No pasa lo mismo con el optimismo, de eso sí que hay una industria visible y espectacular, allí donde vayas (incluida mi casa) hay una frase que te recuerda que hay que levantarse, que siempre sale el sol y que la vida es beautiful.
Compramos bolis, tazas, camisetas, cuadros, bolsos, con frasecillas molonas a modo de mantra para creer que, de una manera u otra, vamos a interiorizarlo de tal manera, que va a hacer que nuestra vida cambie o que eso de lo que hablaba antes, el FRACASO, desaparezca.
A ver, que soy yo muy positiva, que vivo sonriendo y que no pierdo (casi) nunca la esperanza, todas esas cosas, pero de vez en cuando hay que hacer algún tipo de reconocimiento a las miserias propias, a que todos llevamos decenas de fracasos a la espalada y no pasas nada, eso es, NO PASA NADA.
Seguimos si educar en cómo afrontar las decepciones, nos sentimos avergonzadas, vivimos con miedo a que nos juzguen por haber fracasado y nadie se paró a decirnos que de todo eso que hablamos antes, es de donde de verdad se sacan los mejores aprendizajes en esta vida.
Así que, si te ha tocado fracasar miles de veces, siéntete afortunada, ya has triunfado, porque, en este mundo de redes, postureos, cámaras de diferentes dispositivos y locura colectiva, la persona que no fracasa no está viva.
Si tienes que volver a casa, vuelve, si tienes que dejar tu relación déjala, si no quieres seguir la carrera con tanta salida que alguien se encargó de venderte y que tu no querías hacer, déjala, que, para shows de pega, de farándula y falsas realidades ya tenemos 100 canales en la televisión y varias redes sociales donde aparentar, pero que sepas que empezar de cero es una mierda, luego ya vendrán tiempo mejores, seguro, pero la realidad es esa, siempre es mejor llegar advertida.
Ya sabéis, fracasad y contarlo, descubriéremos que hay más realidades llenas de miserias que compartir, que la que nos quieren (o queremos) hacer ver.