El bipartidismo terminó en la primavera del año 2010, cuando se produjo la desmovilización masiva de los votantes más jóvenes del PSOE. Desde entonces, el Partido Popular ganaría con mayoría absoluta las elecciones generales y así sucedió en noviembre del 2011. El miniciclo hegemónico del PP se desarrolló hasta el verano del 2012, desmovilizándose entonces sus votantes igualmente jóvenes.
Se había reunido en la abstención una generación de electores, la más joven. Estas personas exigieron los cambios en el sistema político que se están produciendo, lideraron a las generaciones precedentes y el concepto «no nos representan» se expresó en su máxima transversalidad hasta la primavera del año 2014. Con dos fuerzas políticas preponderantes, el PP y el PSOE, el ciclo ya era pluripartidista, porque la abstención superaba el 40 % del censo electoral e Izquierda Unida obtendría en unas elecciones generales más de treinta escaños con 2,5 millones de votos; lo mismo que UPyD, que sumaba más de veinte actas con menos de dos millones. Así transcurrieron las cosas hasta las elecciones europeas del año 2014, cuyos resultados situaron a Ciudadanos en España y lanzaron al estrellato a Podemos.
En el otoño del 2014 el PP y el PSOE dejaron de sumar dos tercios de los escaños del Congreso, porque Podemos progresó en las encuestas hasta superar a los socialistas. Fue entonces cuando apareció Albert Rivera en escena. Los medios le asignaron un espacio como líder emergente y alzaron su notoriedad a estándares presidenciables, lo que sucedía en vísperas de las elecciones autonómicas de Andalucía del mes de marzo del 2015. En esas elecciones se materializó la quiebra del modelo de negocio a dos, aunque se impuso la cultura del paseíllo o del «aquí no está pasando nada». La eclosión de Ciudadanos coincidía con cierto retroceso de Podemos y en vísperas de las elecciones autonómicas y municipales de mayo del 2015, el PSOE había recuperado la segunda posición en las encuestas.
El entorno de Podemos alcanzó acuerdos con el PSOE en ayuntamientos y comunidades autónomas y aquello, acomodado ya al lado izquierdo, empezó a perder fuelle. Las elecciones catalanas de septiembre del 2015 fueron lamentables para Catalunya Sí que Es Pot, el artefacto de conveniencia de Pablo Iglesias y del líder de diseño barcelonés Joan Herrera, presto a cobrar peaje. Lo contrario que sucedió con Ciudadanos, que obtuvo un gran resultado en los comicios catalanes y con ese impulso igualó a los posibilistas en la precampaña del 20D.
El día 20 de diciembre del 2015 se produjeron los resultados electorales esperados, aunque con Ciudadanos algo por debajo, lo mismo que la tasa de participación. Desde entonces y hasta ahora, qué les vamos a contar que no sepan ustedes. Los representantes electos no supieron gestionar la situación y nos hicieron votar otra vez el 26J. Han perdido medio año y encima nos insultan los muy inútiles; hay que poner España en marcha, nos dicen, cuando aquí no ha parado nadie..