Turismo minero y minería turística

OPINIÓN

06 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hace cincuenta años, alguien hubiese planteado hacer una feria de turismo en un pozo minero, le habrían tomado cuando menos por desequilibrado. Aquí, todo lo que se sale de lo convencional o de los cánones establecidos por los intereses de los lobbies con mando en plaza es desechado sin contemplaciones y reprimido.

¡Qué digo yo de cincuenta años?! Si hasta hace muy poco casi todo el mundo consideraba los conceptos turismo y minería antagónicos y resulta que no lo son. Pero el camino recorrido para este creativo maridaje minería-turismo no ha sido nada fácil.

Resulta que los representantes de los distintos poderes públicos y privados han maltratado la minería y con ella a la inmensa mayoría de los mineros. Todos la han visto como un pozo sin fondo para dar rienda suelta a sus ambiciones personales, la han visto como la excusa perfecta para hacer política de la mala -la que solo busca el beneficio propio-, y negociaciones que se transformaron en el gran negocio de una minoría elitista.

Sin embargo, la minería, y los talentos que no cayeron víctimas del gran rodillo histórico que hizo de ella una actividad maldita, son capaces de resurgir de las cenizas como un Ave Fénix creativo y superviviente a mil batallas, y plantear al mundo que hay vida más allá de la minería clásica  -esa que ya es un estertor-, y que la minería clásica es un bagaje de conocimiento enorme, totalmente aprovechable, para generar nuevas tendencias de ocio. Un ocio distinto, proactivo, participativo, inteligente e interactivo.

El turismo minero en Asturias es ya más que una realidad emergente, y tiene un potencial aún inexplorado. Está en los albores. Necesita, de mano, una mayor coordinación de todas las iniciativas que hay en marcha, para así ser realmente competitivo en los mercados, tanto a nivel español como internacional.

Pero las reservas de este pozo de la minería turística son prácticamente inagotables y podrán explotarse en paralelo a la nueva minería que vaya gestándose. Porque deberá llegar un día en que la minería asturiana vuelva a resurgir, pero de forma muy distinta a la de los siglos XIX y XX. Seguramente la tecnología hará que casi todo esté robotizado, y por tanto, los dramas humanos minimizados. Solo habrá tecnología y ciencia, y vidas muy longevas para contarlo.

Mientras tanto la minería turística irá dando pequeños pasos, y permitirá a los viajeros incansables un salto al pasado, a los orígenes de la industria, a la Edad del alma.

Tal vez un día no muy lejano podamos pasar una noche en un pozo minero, o rapelar desde un castillete, o vivir una simulación de una explosión de grisú.

La Feria de Turismo Minero del Pozo Sotón, por pionera, original y valiente, me transportó al sueño de una noche de verano mirando a un castillete de mina, como si fuera un gigante de metal que acaba de llegar de un planeta lejano?