Ha fallecido Miguel de la Quadra-Salcedo, aventurero de corazón desde su lectura infantil de la Ilíada publicada por la editorial Araluce, atleta de primerísimo nivel, genial reportero de TVE y promotor de la Ruta Quetzal-BBVA, que llevó a Hispanoamérica a casi 10.000 jóvenes. Nació en Madrid. Tenía cinco años cuando sus padres se trasladaron a vivir a Pamplona. Estudió la carrera de perito agrícola, que tan útil le fue en su pasión por la naturaleza y en su simpatía por el mundo rural. Esta simpatía por los pueblos del mundo no impedía que expresara su visión crítica de las crudezas rurales. Y en una ocasión en que lo entrevisté para esa revista semanal que ha desnudado a más mujeres en Europa me dijo esta sabia frase: «Los pueblos son muy crueles». Adoraba, pues, la vida rural, pero no olvidaba nunca que las crudezas que se arrean en los pueblos los lugareños porque carecen de subconsciente no son para oídos de gentes que se han educado en la ciudad criados a los pechos del protocolario Petrarca. Es comprensible. Los cultos -me incluyo con falsa modestia- no necesitamos ser tan crueles como los agricultos -más conocidos como agricultores- que, cuando ven una flor, por bella que sea, solo pueden pensar en si es comestible o no. Como pamplonés de corazón que lo fue, corrió el encierro en sanfermines. Y me contó que en los encierros sintió mucho más miedo que en la selva. Querido Miguel, guardo de ti un maravilloso recuerdo.