Caballero: «No pierdo la esperanza de jugar en el Sporting»

David Acebal

SPORTING 1905

Pablo Caballero
Pablo Caballero FC Cartagena

Entrevista con el autor del famoso gol del Lugo al Girona que ascendió al Sporting

09 jun 2020 . Actualizado a las 14:56 h.

No hay posibilidad de olvido. Superado el aniversario número 5 del último ascenso del Real Sporting de Gijón, hasta Cartagena llegaron los ecos de una fecha inolvidable. Allí prepara su salto de categoría Pablo Caballero (Argentina, 1986), centrado en el presente, el play off, pero con el recuerdo de un gol definitivo, un tanto que suponía el último impulso, decisivo, para que los 'guajes' se vistieran de Primera. El delantero recuerda en conversación con La Voz de Asturias la historia de un gol, el gol del Lugo.

-¿Pensando en el ascenso?

«Sí, en el nuestro. De vuelta a los entrenamientos con el Cartagena. A raíz de cómo se dio todo nos vamos directos a jugar la final. Vamos a ver qué sale, aún no se sabe con quién nos la jugamos, ni donde, pero ya estamos trabajando a tope para lograr el objetivo. Centrados en la preparación, esperando que llegue el momento, que el míster cuente conmigo y ayudar para volver a la Segunda. Han sido semanas complicadas, también en lo económico. Tratamos todos de dar una mano, los jugadores en lo que podemos y los dirigentes y el cub de lo que ellos pueden hacer, para lograr lo mejor para el equipo, ojalá el ascenso».

-¿Ha sonado su móvil más de lo habitual en las últimas horas?

«La verdad que sí. He recibido un buen número de mensajes. El fútbol es algo loco, por eso gusta tanto y es tan pasional. Si no ¿cómo lo podemos explicar?, ¿qué cosa no?. Una unión de un futbolista hacia un equipo cuando ni siquiera ha pasado por el club, es algo loco, pero es fútbol y tiene estas cosas maravillosas. Yo el cariño lo recibo día a día, en fechas como esta especialmente, recibí muchísimos mensajes, las redes sociales acercan y el aprecio se siente. Los poco agradables también tuvieron su época, ahora ya no, pero en su momento bastantes. Siempre lo he dicho, yo hice mi trabajo, no lo hice ni a favor ni en contra de nadie, sólo para el Lugo. Después de lo ocurrido asumes que te va a llegar cariño de un lado e insultos del otro. Por suerte el cariño permanece».

-¿Era consciente de lo que significaba aquel gol?

«En su momento uno no era consciente de la importancia de aquello. Yo acababa de llegar a España esa temporada, si bien sabía de la historia del Sporting, no sabía lo que había atrás, que el club se estaba jugando tanto, que estaban en una situación económica tan compleja y que si no llegaba ese ascenso se pintaba un futuro tirando a negro. Por suerte se les dio aquella gran temporada, con un número de puntos altísimo para la categoría y sólo dos derrotas, llegó la remontada y me alegro por ellos. Lo mío solo fue un gol, aquellos futbolistas merecen el recuerdo. El Sporting es un club grande, con muchísima gente detrás, una afición entregada y todo tiene mayor repercusión. Lo puedo asegurar».

- ¿Había alguna motivación extra aquel día en Montilivi?

«La de cada domingo. Tratar de que tu equipo gane partidos, logre sumar puntos, en aquel momento un empate. Yo quiero hacer gol siempre, sin pensar en lo que puede llegar a ocurrir. Salimos a jugar el partido, sabíamos que si el Girona nos ganaba estaba ascendido, de hecho ya faltaba casi nada, pero somos profesionales, queremos ganar. No me gusta perder ni a las canicas, soy así y el día que pierda eso no jugaré más. Después, con el tiempo llegaban los vídeos de que cómo se vivía todo, los jugadores del Sporting en el campo del Betis, el gol, el anulado, una verdadera locura. De aquello recibí la buena y las malas, lo tomo con naturalidad. Entiendo que la gente se pusiera contenta en Gijón, lo otro me cuesta más entenderlo, ¿qué pretendían que uno vaya a un campo y se deje ganar? En mi cabeza no entra. Me insultaban por ir al frente, por hacer mi trabajo».

- Con el tiempo llegó el reconocimiento en forma de ovación en El Molinón

«Ese día se me ponía la piel de gallina. Aquella semana llegaba de una lesión, había dudas de si podría viajar. En competición uno va planificando a corto plazo, viendo con quien juega y pensaba ojalá llegue, que me ponga el míster, ojalá pase esto o lo otro, pero no se pareció en nada a lo pensado. Es algo que te llevas para siempre. Es algo increíblemente lindo, de lo más grato y a la vez raro. Tener ese vínculo extraño, esa historia por fuera, sin haber jugado en el club, es medio contradictorio estar involucrado en ese ascenso, sin estarlo. Es que es algo realmente raro».

- ¿En estos años llegó a verse vestido de sportinguista?

«La verdad que no, aunque si fuera por mi, sí. Cada mercado que se abre le digo a mi representante que llame, que insista, pero la verdad que desde el Sporting nunca hubo interés y si lo hubo nunca me enteré. Ojalá, no pierdo la esperanza de formar parte del club, de jugar en el Sporting, aunque si no se da, igualmente quedará algo especial y agradable que me une. Por eso es tan lindo el fútbol».

- Al menos un regreso más a Gijón, aunque sea como rival.

«Le diría que con el Cartagena la próxima temporada, pero espero que no, porque confío en que ascendamos los dos. Puedo decir que no me tomé ni el atrevimiento de ir de visita a la ciudad. Lo he hablado con amigos, acercarme a pasear en algún descanso, recorrer, pero bien, no hacerlo por ir a vender humo. Por disfrutar. Tengo familia en Asturias, mi abuelo era de Zamora pero vivió mucho tiempo en Oviedo y tengo familiares desparramados por varias partes de Asturias. ¿Sabes la de ofrecimientos de cañas, comidas y bebidas que he recibido? Si me pongo a reclamar todo lo que me han ofrecido tendría que ir un mes y medio o dos, recorriendo la ciudad de bar en bar y de casa en casa. Qué hermosa locura».

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