A menudo los solemos confundir en nuestro día a día, pero hoy vamos a aprender a diferenciar ambos productos
Aunque en un inicio su origen y color parezcan similares, hay diferencias importantes entre el cacao y el chocolate que debemos conocer. Cuando nos referimos a ambos ingredientes, enseguida nos acordamos de las elaboraciones dulces y de la gran diversidad de platos posibles de preparar de forma sana. Sin embargo, solemos confundir el chocolate con el cacao, cuando son dos términos muy diferentes para, normalmente, referirnos al mismo producto.
Lo primero que hay que aclarar es que ambos provienen del árbol del cacao, nacido en el continente americano. En las civilizaciones americanas antiguas, el cacao era considerado el alimento de los dioses e incluso fue utilizado como moneda de cambio. Se tomaba también para purificar el alma y hacer homenaje a la vida. En la actualidad se cultiva desde muchos países, entre los que destacan Costa de Marfil, Uganda, Ghana, Colombia, Ecuador, Venezuela y México.
Sus frutos alargados y de abundantes semillas recubiertas por una pulpa blanquecina y fibrosa, reciben también el nombre de cacao. De hecho, las vainas de esta planta contienen entre 30 y 40 semillas o habas. A nivel nutricional, aporta más de 50 nutrientes distintos y un importante poder antioxidante, especialmente para retrasar el envejecimiento de nuestro organismo. Estos compuestos protegen, además, frente a determinados tipos de enfermedades e infecciones, por lo que es muy recomendable su consumo frecuente, especialmente cuando no tiene tantos aditivos ni azúcares incorporados.
Usos del cacao
El cacao, cuando es desgrasado y en polvo es un ingrediente de varios alimentos apreciados como bebidas o batidos, helados, pasteles, galletas, etc. Como alimento es muy versátil y fácil de incorporar. Por ejemplo en el conocido y gustoso licor de cacao que también se utiliza para la elaboración de chocolates. Otro de los derivados es la manteca de cacao la cual se utiliza para hacer jabones, mascarillas faciales, cremas y brillos labiales. Por otro lado está la cáscara de cacao, empleada para hacer infusiones o como ingrediente en mezclas de té. No pueden faltar los trozos del grano de cacao que pueden mezclarse, por ejemplo, con frutos secos. Su sabor es amargo, pero están llenos de propiedades beneficiosas para la digestión, la producción de endorfinas y la estimulación del sistema nervioso. Y por último y quizás el más conocido de todos está el polvo de cacao, un ingrediente esencial para elaborar pastas, tabletas y diferentes derivados.
Una buena receta con cacao es este batido de cacao con avellanas y chía, estos dos últimos ingredientes están cargados de propiedades que además le darán al batido una textura y sabor irresistibles. Lo mejor es que la mezcla de chía y leche repose en la nevera para que así esté bien fresquita a la hora de preparar el batido. También podemos triturarlo todo con un par de cubitos de hielo. Otra opción que podemos usar para dar dulzor al batido de forma natural es un plátano maduro o un par de dátiles.
Otra alternativa es la tortilla al cacao rellena de caqui, granada y queso batido. Es como si fuese una tortilla francesa pero con un toque de cacao y miel que la harán simplemente deliciosa. Vamos a rellenarla con dos de las frutas reinas de este próximo otoño, el caqui y la granada, para así aportar un plus de sabor y nutrientes. Y para finalizar un poco de queso batido que le dará el toque fresco y cremoso al plato. Es ideal para desayunar y comenzar el día con las pilas a tope. Podemos añadirle a los huevos un toque de vainilla o canela que irán genial en la receta. El queso batido lo podemos endulzar con un poquito de miel o panela o bien cambiarlo por yogur.
El chocolate en cambio es un alimento compuesto del cacao, la manteca de cacao, azúcar y a menudo otros ingredientes, aunque los nutricionistas recomiendan el consumo de chocolate con mayor porcentaje de cacao y menor contenido de estos últimos aditivos. Dependiendo del tipo de chocolate, su sabor va del amargo al muy dulce, y los más puros suelen tener matices afrutados.
Una buena opción para preparar en casa con este producto es la crema de chocolate sin azúcar, la cual tiene un intenso sabor a chocolate y los vegetales de hoja verde no se notan para nada, aunque nos aportarán una buena dosis de vitaminas y minerales en crudo. Si la crema es para desayunar, podemos hacerla un poquito más contundente añadiendo un puñadito de frutos secos o bien una o dos cucharadas de copos de avena.
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