Estas son las pautas básicas de nutrición que se deben seguir para no morir en nuestro intento por mantenernos saludables y activos
La buena alimentación y el deporte son un tándem que está indiscutiblemente de moda y, además, nuestra salud lo agradece. Sin embargo, cuando comenzamos a practicar ejercicio de forma regular y pretendemos mantener una correcta nutrición, la información al respecto abunda y es difícil saber dónde fijar la línea de salida.
Uno de los primeros puntos a tener en cuenta a la hora de iniciarnos en la nutrición deportiva es saber diferenciar los tipos de macronutrientes presentes en los alimento, que son aquellos que nos van a ayudar a aumentar el rendimiento. Estos son los carbohidratos, las proteínas y las grasas.
Los carbohidratos son los azúcares, almidones y fibras que se encuentran en frutas, cereales, verduras y hortalizas y legumbres. También suelen estar muy presentes en los arroces y las pastas. Además, son una fuente importante de energía para el organismo.
Las proteínas son necesarias para el crecimiento normal y el mantenimiento de la salud y son muy abundantes carnes, pescados y mariscos, lácteos, huevos, frutos secos y productos integrales.
Y por último están las grasas, las cuales están formadas por los triglicéridos, los fosfolípidos y el colesterol y que pueden ser saturadas o no saturadas. Las saturadas aumentan el riesgo de sufrir muchas de las enfermedades cardiovasculares. Pero el cuerpo humano necesita grasas no saturadas para regular el metabolismo y estas están muy presentes en el aceite de oliva y los pescados azules como el bonito del norte, uno de los productos de temporada presentes en el Principado.
También son pautas importantes la selección de los productos más frescos y de temporada del supermercado. Además, las frutas y verduras deben constituir parte de tu dieta, por lo que deberán tener protagonismo en tu cesta de la compra. En general, estos últimos alimentos pueden tomarse solos, mezclados como ensaladas, acompañando las carnes o en forma de smoothies si eres un amante de las nuevas tendencias de alimentación sana. Por ejemplo, un smoothie de plátano y brócoli es una bebida muy energética, además de refrescante para los tiempos de altas temperaturas. También son alimentos con altas dosis de las propiedades que comentamos anteriormente.
Otro buen consejo es dejar fuera aquellos productos ultraprocesados con altos contenidos de azúcares y conservantes. Las evidencias científicas asocian el azúcar a la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas, por lo que debemos evitarla en todo lo posible.También conviene dejar de lado los alimentos precocinados. Si queremos tomar las riendas de nuestra alimentación, también lo debemos hacer en la cocina. Por tanto, es muy útil que aprendamos a valorar nuestras propias recetas. También deberás beber mucha agua y evitar las bebidas gaseosas y el alcohol, productos que contienen elevadas dosis de calorías y no generan beneficios nutricionales.
La pasta es otro de los productos destacados a la hora de practicar diversos deportes. Constituye una fuente enorme de carbohidratos. Una buena idea es combinarla con vegetales y pescados como una pasta con salteado de verduras y rape.
Si buscamos alimentos ricos en proteínas, el salmón es uno de los principales. Además, contiene magnesio y omega 3, muy beneficiosos para nuestra salud cardiovascular así como para bajar los niveles de triglicéridos. La receta tradicional de salmón a la asturiana es muy rica y recomendable entre los platos que debemos tener en cuenta para nuestro nuevo menú centrado en la nutrición deportiva.
Otros productos recomendados son los frutos secos y los dátiles como almendras, castañas, avellanas, cacahuetes y nueces. Todos ellos aportan grasas y proteínas vegetales, además de que compensan el desgaste físico.
Seguir una dieta equilibrada dentro de los porcentajes recomendados de estos macronutrientes, nos permite adquirir todas las vitaminas y energía necesarias para mantenernos en forma. Para ello hay que elaborar un plan de comidas diarias, lo cual es una manera útil, rápida y práctica de controlar lo que consumimos durante la semana.
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