Más allá de su delicioso sabor y versatilidad en la cocina, este emblema de la estación ofrece una gran cantidad de nutrientes esenciales que pueden enriquecer nuestra dieta
Las castañas son un símbolo de que ha llegado el otoño. El calor de la chimenea, junto al aroma de unas castañas asadas, forma un ambiente acogedor para sobrellevar mejor las temperaturas más bajas. Además, esta estación es un período de festividades, ya que en prácticamente todos los rincones del Principado de Asturias se celebra el Amagüestu, una celebración dedicada en exclusiva a este popular fruto que ofrece una gran cantidad de nutrientes esenciales.
Esta festividad gastronómica está dedicada a este fruto seco que solía ser uno de los principales alimentos durante el invierno. Se celebra en esta época porque es cuando se recolectan los frutos de los castaños. Para los asturianos, esta fiesta también simboliza la amistad, ya que sus antepasados se reunían en el campo con amigos y familiares para celebrar y compartir los productos de la temporada.
El castaño europeo es originario de Europa meridional y Asia Menor y se cultiva en países de Europa central. Requiere un clima templado y condiciones climáticas estables. En España, la región principal de cultivo es Galicia. Según los datos de la Consellería de Medio Rural, se producen actualmente alrededor de 20 millones de kilos de castañas en una superficie de 49,000 hectáreas donde crecen castaños.
Beneficios:
Las castañas son ideales para dietas de adelgazamiento, ya que satisfacen el apetito y tienen un bajo contenido calórico cuando se consumen de manera coherente y equilibrada. Contienen carbohidratos de absorción lenta que no provocan picos de glucosa, lo que contribuye al equilibrio hormonal, que es beneficioso para la fertilidad.
La ausencia de gluten en las castañas las convierte en una opción interesante para las personas con celiaquía. Se pueden utilizar para hacer harina de castaña como alternativa a la de trigo u otros cereales que contienen gluten. Este fruto también aporta minerales como zinc, selenio, calcio, potasio, hierro y vitaminas del grupo B, C, E y ácido fólico.
Proteína vegetal:
Las dietas vegetarianas y veganas buscan alternativas a los alimentos de origen animal, o recetas que aporten los nutrientes necesarios. Las castañas son una excelente fuente de proteínas vegetales, ya que contienen todos los aminoácidos esenciales que estas dietas requieren.
Las castañas se pueden preparar de diversas maneras, como cocidas, asadas, tostadas, en harina o como ingrediente dentro de otras recetas. También son ricas en fibra, lo que contribuye a la salud intestinal y a la eliminación de toxinas del cuerpo.
Recetas e ideas de preparación
Para hacer las castañas tradicionales, simplemente ásalas con un tambor en una hoguera, en el horno o en una sartén. Asegúrate de lavarlas antes de asarlas y realiza un corte en un lateral del fruto, procurando cortar también la piel interior. Cocínalas durante unos 20 minutos o hasta que estén blandas, con cuidado de no dejarlas demasiado tiempo, ya que pueden quemarse.
Además de disfrutarlas en su manera tradicional, ¿qué te parece probar una salsa de castaña para acompañar tus platos favoritos de pasta, carne o arroz?
Otras formas comunes de preparar las castañas son: en almíbar, en forma de crema dulce o como parte de bizcochos que pueden tener desde harina hasta trozos de castañas en la cobertura.
Si buscas opciones saladas, puedes experimentar añadiendo castañas a un risotto cremoso, como guarnición para carne, en una crema de setas, en un ragú o incluso en un arroz al horno.