Así conoció Liv Tyler a su hermana Mia entre bambalinas en un concierto de Aerosmith: «Le dije a mi madre: "¿Steven es mi padre?"»

P. V. LA VOZ

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Liv y Mia Tyler, en el pódcast «Sibling Revelry»
Liv y Mia Tyler, en el pódcast «Sibling Revelry» INSTAGRAM: @siblingrevelry

«Era literalmente como mirarse en un espejo y ver doble», pensó la actriz de «El señor de los anillos» con solo 9 años al ver a la niña que estaba en el «backstage» del espectáculo

21 abr 2025 . Actualizado a las 08:19 h.

Liv Tyler tenía 9 años, cuando, entre bastidores de un concierto de Aerosmith, banda liderada por su padre Steven Tyler, se puso a jugar con una niña casi de su edad, Mia, que había cumplido ya los 8. No había más niños en la zona VIP del backstage, así que jugaron como locas la una con la otra. En un momento dado, una fan de la banda se les acercó y, sonriente, les dijo: «¡Ay, qué monas! ¿Sois hermanas?». Mia le siguió el juego, y, como hacen tantos niños, casi como parte de un juego, o quién sabe si por intuición, le contestó que sí. Y desde ese momento fingieron serlo, sin saber que, en realidad, lo eran.

Así fue como se conocieron Liv, nacida en 1977 del vientre de Bebe Buell, y Mia, que vino al mundo un año después del matrimonio de Steven Tyler con Cyrinda Foxe. La pregunta de la fan de su padre fue como un momento iluminador para la ahora actriz Liv Tyler. Miró a la niña que jugaba con ella y pensó: «Es literalmente como mirarse en un espejo y ver doble», ha confesado la intérprete en el pódcast Sibling Revelry, donde ha participado junto a su hermana. «Hasta íbamos vestidas igual».

El caso es que Liv no tenía ni idea de que el vocalista de Aerosmith era su padre. Su madre, la modelo y chica Playboy Bebe Buell, se había quedado embarazada del cantante tras una breve relación. Pero había dicho inicialmente que era hija del también músico Todd Rundgren, supuestamente para proteger a su primogénita de la adicción a las drogas de Steven.

En ese momento de lucidez en el backstage, Liv miró a su madre, que no pudo contener las lágrimas al ver la mirada inquisidora de la niña. Liv la confrontó directamente con la duda que tenía en su cabeza. «¿Steven es mi padre?». Buell no pudo negarlo más. Se apartaron a un lado y le confesó la verdadera historia.

Amy lo descubrió esa misma noche, al llegar a casa y contarle a su madre, muy excitada, que se lo había pasado genial jugando con una niña llamada Liv. Su madre se lo espetó sin miramientos: «¿Su madre se llamaba Bebe? Pues es tu hermana». Y, por primera vez, ambas conocieron la existencia de la otra.

«Yo fui la bastarda», comenta Liv Tyler, mientras su hermana la corrige: «No, tú fuiste una hija fruto del amor». 

Desde ese momento nació el interés entre ambas. «Creo que empezaste tú mandándome postales», le comenta Mia a Liv. Pero evitaban mencionar su verdadera relación. Cada una pensaba que la otra no sabía nada. Se reunieron tiempo después, en Nueva York, y acompañadas por sus madres. Fueron sus progenitoras las que rompieron el hielo: «Vale, ya sabéis lo que hay, podéis hablar del tema».

Y, desde entonces, se convirtieron oficialmente en hermanas, y también en grandes amigas.