Cayetano Martínez de Irujo realizará el próximo miércoles una misa en recuerdo de su madre sin contar con sus hermanos
16 nov 2024 . Actualizado a las 15:20 h.Un aniversario señalado pondrá a prueba la robustez del linaje de la casa de Alba. El próximo miércoles, 20 de noviembre, se cumplirán diez años de la muerte de Cayetana Fitz-James Stuart, la difunta duquesa de Alba, y su recuerdo no parece que vaya a servir para unir a una familia que, detrás de los oropeles de su linaje, se encuentra profundamente dividida y enfrentada. Su hijo Cayetano Martínez de Irujo aseguró este viernes que esta década se le ha pasado muy rápido y definió a su madre como una adelantada a su tiempo y como «la figura femenina más importante de España del siglo XX y XXI». «Lola Flores también, pero más en el ámbito del arte. Mi madre englobaba una generalidad como nadie», expresó con orgullo.
Al igual que ha hecho cada 20 de noviembre desde el 2014, Cayetano ha organizado una misa en su recuerdo en la Iglesia de los Gitanos en Sevilla, un templo que fue muy especial para ella y donde reposan sus cenizas. En los últimos años no ha asistido ninguno de sus hermanos —Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando y Eugenia Martínez de Irujo— con los que, a excepción del marqués de San Vicente del Barco, Fernando, mantiene una distante relación. Teniendo en cuenta que esta vez se cumplen diez años de su muerte y se trata de una fecha señalada, hay quien señala que los hermanos podrían hacer un esfuerzo por aparcar sus diferencias durante lo que dure el oficio religioso. Cayetano lo desconoce. «Yo voy a hacer la misa que hago todos los años», replicó, sin saber cuáles son los planes del resto de la familia.
Sí se espera que, siguiendo la tradición, acudan al oficio en su memoria algunos de sus mejores amigos, como Carmen Tello, Curro Romero y su viudo, Alfonso Díez. A este último no se le ha conocido ninguna relación oficial desde el fallecimiento de su mujer, aunque la prensa ha reflejado sus amistades con conocidas mujeres como Isabel Preysler o incluso la reina Sofía.
El rastrillo de Madrid
El rey Juan Carlos dona trajes al mercadillo navideño. La previa de la Navidad reúne cada año en Madrid a numerosos famosos en el mercadillo por excelencia, el Rastrillo Nuevo Futuro, organizado por Simoneta Gómez-Acebo en el Palacio de Cibeles. Después de que la infanta Elena lo inaugurara el pasado jueves, el viernes la reina Sofía cumplió con la tradición de acudir a visitar los puestos acompañada por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y por su sobrina, con la que ha presumido de su maravillosa relación intercambiando confidencias mientras miraba diferentes objetos para obsequiar a sus seres queridos.
Especialmente el cariñoso saludo de la reina emérita a la modelo Laura Ponte, la exmujer de su sobrino Beltrán Gómez-Acebo y voluntaria del mercadillo. Otra de las colaboradoras de ayer fue Margarita Vargas, mujer de Luis Alfonso de Borbón.
Entre los objetos de segunda mano disponibles para su adquisición con fines solidarios, se encuentran cinco elegantes trajes que pertenecen al rey Juan Carlos y que ha donado desde la distancia de Abu Dabi: uno en color azul marino, uno negro y otro en el mismo tono pero con rayas diplomáticas en blanco, otro beige y el último, con estampado de cuadros príncipe de Gales. Los conjuntos están a la venta por precios de entre 90 y 100 euros.
También la hermana del emérito, la infanta Margarita, visitó los puestos.
Dos meses con collarín
Los problemas de visión de Mario Vaquerizo tras su golpe. Alaska dio ayer detalles de cómo evoluciona la recuperación de Mario Vaquerizo, tras la caída que sufrió en el último concierto de las Nancys Rubias en Cáceres. Su mujer explicó: «Lo del cuello es tiempo, que suelde; el collarín serán mínimo otros dos meses seguramente, pero eso sabemos lo que es, es que se suelden las vértebras y ya está». En cuanto a los problemas que tenía con la visión, la cantante ha asegurado que eso «es más lento, más complicado y sin mucha perspectiva de cómo va a ser finalmente». El artista no puede ver la televisión ni leer libros y a duras penas se maneja con los correos y los mensajes.