La tafofobia, el miedo irracional de Lolita Flores, y sus métodos para solucionarlo: «Lo saben mis hijos, mis hermanos, mis amigos y ahora todos los españoles»

P. V. LA VOZ

INFORMACIÓN

Lolita Flores, en «Late Xou»
Lolita Flores, en «Late Xou» RTVE

La artista ha revelado que tiene pavor a que la entierren con vida, y ha diseñado un plan sin fisuras en caso de que eso pase

06 nov 2024 . Actualizado a las 18:12 h.

Tafofobia. Posiblemente nunca habías oído hablar de este miedo irracional, pero seguramente tú también lo tengas. Un temor estrechamente relacionado con la muerte, pero que responde a esos insólitos casos que vemos de vez en cuando a lo largo del mundo: los de las personas enterradas vivas que se despiertan horas después ya metidas en el ataúd.

Ese pavor persistente lo tiene Lolita Flores, como le ha revelado a Marc Giró en el programa Late Xou. Es una más de las numerosas manías de la actriz y cantante. «Que mis hijos digan: "Ay, mi madre se ha muerto" y me metan en la caja y me lleven allí adonde estoy, aunque yo no lo esté», explica. Así que, como previsora que es, ya ha diseñado la forma perfecta para que, en el caso de que pase, haya solución. Están avisados su hija, sus hermanos, sus sobrinos, sus amigos y ahora, tras su visita al programa que se emite en La 2, también todos los españoles.

La hija de la folclórica más importante de nuestro país ha dejado una lista de enseres con la que la van a tener que enterrar. Todos ellos pensados para su supervivencia en el caso de que la entierren con vida.

Lolita pide que haya con ella dentro de la caja las siguientes cosas:

  • 100 euros.
  • La llave del mausoleo.
  • Un martillo.
  • Una escalera.
  • Un teléfono con carga para al menos 72 horas.
  • Un Orfidal.
  • Una botellita de agua, por eso de que la pastilla baje mejor.
  • Ropa apropiada para la estación.

La cantante y actriz no ha dudado en explicar las razones de cada objeto. La cantidad de dinero, que hasta hace poco, cuando habló del tema en un pódcast, era de 50 euros, ha subido. No hay extrañeza en este punto. «Ahora ya 100, que la vida está muy cara», reflexiona con razón Lolita. Y anima a sus amigos a dejarle la voluntad si les apetece.

Tanto el Orfidal como la botella de agua están pensados para mantener la calma en una situación a la que, como recordamos, tiene fobia. La tiene ella y cualquier persona que se pueda ver en tal situación. Un tranquilizante que la ayudará a poder gestionar mejor sus emociones y emprender la liberación de su ataúd.

Y para su huida están pensadas tanto la llave como el martillo y la escalera. Lo primero es el mazo, que le serviría para romper la pared y la lápida del nicho en el que la enterrarían. Que, por cierto, está en la altura. «Yo estoy arriba del todo, que ya he cogido sitio», ha especificado. Y esta situación de su enterramiento explica también la necesidad de la escalera, para bajar desde las alturas. La llave es necesaria para salir de su mausoleo familiar. 

La ropa de temporada —un abriguito y unos zapatos si es invierno o unas chanclas si es verano— está pensada para adaptarse a las condiciones climatológicas y también a su mayor comodidad. Sobre todo porque el atuendo fúnebre no suele estar pensado para el confort.

Y, por supuesto, el móvil, con buena carga, para poder comunicarse en última instancia con sus familiares y amigos y anunciarles su segunda venida.

Las otras manías de Lolita

No son las únicas neuras de la actriz y cantante. Aparte de sus supersticiones, también ha explicado que, allá donde va, cada vez que tiene que dormir en un hotel, lleva consigo su propia almohada —de plumas— y también un aparato para los mosquitos, que cada vez tenemos que soportar más meses al año.

En cuanto a la habitación, tiene prohibido que haya un espejo enfrente de la cama, y requiere que todos los armarios estén cerrados de par en par.

Al contrario que las ventanas, que quiere abiertas en todo momento, tanto en invierno como en verano. A cambio, duerme tapadita. Y sola. Y no porque quiera, como lamenta la artista, sino porque no tiene con quién dormir. Y eso a pesar de ella. «Estoy abierta de par en par al amor», clama.