Una sonriente Kate Middleton regresa a la vida pública en el cumpleaños del rey Carlos III
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La princesa de Gales ha recorrido las calles de Londres en un carruaje acompañada de sus hijos en su primer acto oficial tras más de cinco meses de convalecencia
15 jun 2024 . Actualizado a las 18:14 h.Los ojos del mundo han estado puestos este sábado en Kate Middleton, en su regreso a la vida pública después de ser diagnosticada de cáncer a principios de este año. Desde que el pasado día de Navidad asistió a misa con el príncipe Guillermo y sus hijos en la iglesia de Sandringham, la princesa de Gales no había vuelto a participar en un acto oficial, ya que en enero tuvo que interrumpir su agenda para ser sometida a una cirugía abdominal que estuvo seguida de una larga convalecencia. Este sábado, después de más de cinco meses de convalecencia y recuperación detrás de los muros de su palacio, ha vuelto a recorrer sonriente las calles de Londres, llenas de ciudadanos que acudieron para verla y aclamarla.
La princesa de Gales se ha convertido en la gran protagonista del desfile militar Trooping the Colour, una tradición con la que se celebra en junio el cumpleaños del monarca británico, aunque en este caso el rey Carlos III haya nacido en realidad en el mes de noviembre. Esta es la celebración de cumpleaños más atípica para la familia real en un año en el que la enfermedad ha sacudido a dos de los miembros más prominentes de los Windsor. El rey Carlos, también enfermo de cáncer, retomó su agenda a finales de abril, aunque sigue a tratamiento oncológico. Este sábado, Kate Middleton ha hecho lo mismo para estar al lado de sus hijos en una de las ceremonias más importantes del año para la casa real británica.
Vestida de blanco, con un elegante vestido con lazada bicolor en blanco y negro en el cuello y cubierta por una gran pamela, también blanca y negra, Kate Middleton se ha convertido en la gran protagonista del aniversario del rey. La esposa del heredero al trono, el príncipe Guillermo, llegó a primera hora al palacio de Buckingham en coche para, a continuación, recorrer el centro de Londres en una procesión cronometrada con puntualidad británica. Lo hizo en carruaje desde el cual ha podido volver a escuchar en persona los vítores y aplausos del público.
Debido al mal tiempo y a la lluvia que moja las calles, viajó en un carruaje cubierto hasta el edificio desde el cual contempló la ceremonia militar para regresar después de nuevo a Buckingham y sumarse al resto de la familia en el saludo desde el balcón. La princesa siguió el acto desde un ventanal situado justo encima del palco real, a ratos de pie, a ratos sentada en una silla. En algún momento cogió en su regazo a su hijo Luis, de 6 años, que se sentó en sus piernas.
El primer carruaje, también cubierto, transportaba al rey Carlos y la reina Camila, igualmente vestida de blanco, como en el día de la coronación. El monarca recibió así todos los honores del protocolo real con motivo de su cumpleaños. Tras él, marcharon a caballo sus coroneles, el príncipe Guillermo, la princesa Ana y el duque de Edimburgo. Justo detrás de estos desfiló el carruaje que llevaba a la princesa de Gales, sentada al lado de su hijo menor, Luis, y, en el asiento de enfrente, los príncipes Jorge y Carlota, todos ellos saludando al público muy sonrientes. El monarca solía hacer esta marcha siempre a caballo, pero este año lo hace por primera vez en un vehículo debido a su enfermedad. También pasó revista a las tropas desde su carroza.
En junio del 2022, tres meses antes de su fallecimiento a los 96 años, Isabel II no pudo presidir esta ceremonia militar por sus problemas de movilidad y solo salió a saludar al balcón de palacio con su familia. La ceremonia marcó entonces el comienzo del jubileo de platino de la monarca.
Al término de la ceremonia militar, la comitiva regresó al palacio de Buckingham bajo una intensa lluvia y en medio de un mar de paraguas con los que se cubrían los ciudadanos. El día se oscureció tanto a mediodía que los carruajes encendieron la iluminación interior para que los asistentes pudieran ver mejor a los reyes y a la princesa de Gales, si bien los cristales empañados dificultaron la visión.
Para acabar la celebración, la familia Windsor al completo salió al balcón del palacio para presenciar el desfile de las fuerzas aéreas y saludar a los miles asistentes allí congregados. Kate Middleton se mostró todo el tiempo muy habladora, haciendo comentarios constantes con el rey Carlos y con el príncipe Guillermo y haciendo observaciones a sus hijos.
La propia princesa Catalina anunció el viernes por la tarde en redes sociales su reaparición para este sábado. Si bien en un principio se había puesto en duda su presencia y hace unos días se excusó por su ausencia en una ceremonia militar previa a este día, ella misma confirmó pocas horas antes que este fin de semana acudiría al desfile del cumpleaños del rey.
En el texto, firmado con su inicial, «C», y acompañado por una nueva fotografía de ella sonriente en medio de la naturaleza de los jardines de Windsor, afirmaba: «Tengo muchas ganas de asistir. Y espero unirme a algunos compromisos públicos durante el verano, pero también sé que todavía no estoy fuera de peligro».
«Mi tratamiento está en curso y seguirá unos meses más. En los días en que me siento bastante bien, es un placer involucrarme con la vida escolar, dedicar tiempo personal a las cosas que me dan energía y positividad, además de comenzar a trabajar un poco desde casa», explica la princesa en un texto que comienza dando las gracias por las muestras de cariño y apoyo que ha recibido durante estos meses, unas palabras que, relata, les han servido de «ayuda» a ella y a Guillermo para superar algunos de los «momentos más duros» de la enfermedad.
En el comunicado, la princesa de Gales relata que a raíz de la enfermedad ha aprendido a ser «paciente, especialmente ante la incertidumbre». Tal y como cuenta la princesa, cada día de su dolencia es diferente. «Como sabrá cualquiera que esté pasando por quimioterapia, hay días buenos y días malos. En esos días malos te sientes débil, cansada y tienes que ceder a que tu cuerpo descanse. Pero en los días buenos, cuando te sientes más fuerte, quieres aprovechar al máximo el sentirte bien», relata.